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jueves, 5 de noviembre de 2015

Operación Ciudadanos

La Operación Ciudadanos ha sido un éxito. Todas las encuestas les sitúan ya como llave para dar el gobierno a una de las dos cabezas del bipartidismo o incluso como segunda fuerza que podría presidir el país con el apoyo del PSOE. Y subiendo. No nos extrañemos si ganan las elecciones. El establishment puede estar tranquilo. El antídoto que buscaron contra Podemos ha funcionado. Han frenado la expansión del virus, les han sustituido como referentes de la regeneración y se han convertido en el repuesto tranquilo y sensato, como ellos mismos dicen, que necesitaban el IBEX 35, la monarquía, el statu quo y hasta el bipartidismo. Ambos pueden pactar con Rivera para seguir viviendo.
La monarquía comprendió que tenía que adelantar la sucesión para sobrevivir. Abdicar o morir. Sacó al mercado “la monarquía renovada para un tiempo nuevo” y la gente compró. En un año, los españoles pasaron de suspender a la institución por primera vez, al aprobado con nota del nuevo rey. Ahora llega la Transición 2.0. El mismo programa de siempre con una interfaz nueva. C’s no viene a romper sino a evitar la ruptura para que no caiga el edificio. Es una prótesis en la cadera rota del viejo régimen para que siga caminando. Rivera es el Felipe VI de la política y quiere ser el Adolfo Suárez del siglo XXI. Suárez y Juan Carlos iniciaron la Transición. Albert y Felipe, la segunda. Dentro de 40 años tendremos un aeropuerto de Madrid Barajas Albert Rivera. Al tiempo.
Es muy legítimo que los españoles de orden vean en Albert Rivera la respuesta a la crisis del régimen sin los sobresaltos de Podemos. Pero es menos legítimo que nos lo vendan como una renovación cuando ni siquiera son modernos. Recordemos que Rivera no quería llamar matrimonio a la unión de parejas gays porque genera tensiones, que afirma que el aborto no es un derecho sino un fracaso de la sociedad y que se define como republicano pero es “felipista”, como el PSOE era republicano y “juancarlista”. Ahora también dice que no le gustan los toros aunque se le ha visto disfrutándolos y se opuso al cierre de la plaza de Barcelona. Es siempre sí pero no y todo lo contrario. Quiere parecer moderno y social, centrista y progre, pero aún le traiciona su pasado como miembro del Partido Popular.
Como el PP, es contrario a las cuotas paritarias en una sociedad en la que la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 25%. Como el PP, se siente cómodo con las relaciones entre Iglesia y Estado y sólo se plantea la revisión (que no revocación) del Concordato. Como el PP, no quiere abrir ningún debate sobre la Memoria Histórica, que todo siga atado y bien atado, los vencedores mandando, la Transición olvidando y los vencidos en una cuneta. Puede ser casualidad, pero aprovecharon una bronca en el Parlament para abandonarlo cuando se votaba una moción de condena al franquismo. Como el PP.
Como hizo el PP, proponen dejar a los sin papeles fuera de la Sanidad universal, pero hasta los populares han dado marcha atrás. Ni siquiera el PP ha dejado de votar a favor de una declaración de las Cortes valencianas contra la violencia de género como ha hecho C’s porque no aceptaba el término “terrorismo machista”. Habrá que recordarles que en los últimos 12 años ha matado a unas 800 mujeres, casi las mismas personas que ETA asesinó en cinco décadas. En algunas cosas, van por detrás de su modelo, pero en la mayoría son la versión rejuvenecida, más amable, más laica, más guapa y menos retrógrada. Es una diferencia más cosmética que ideológica. Como la derecha tradicional, se han erigido en guardianes de la unidad de España y no tienen más solución para el problema catalán que un retoque constitucional que acabe con el hecho diferencial de Cataluña. Como la derecha liberal, quieren sacarnos de la crisis con el mismo modelo que nos metió: subvencionando a las empresas para que no tengan que subir sueldos miserables, socializando las pérdidas de los que privatizan sus beneficios.
Esto es Ciudadanos aunque no lo parece. No lo parece porque lo difuminan bajo su discurso de eficacia liberal y lucha contra la corrupción bipartidista, pero sin hablar de la casta para no enemistarse con ella. Ese camino ya lo abrió Iglesias a machetazos y Rivera ha aprovechado el pasillo, como mostró una elocuente portada de El Jueves. Son dos fenómenos televisivos opuestos. Podemos fue un éxito sobrevenido que llevó audiencia a la televisión. Ciudadanos es un éxito creado por la televisión que está llevando a Rivera hasta la audiencia. Las teles le abren sus puertas y jamás le ponen en apuros, al contrario de lo que ocurre con Iglesias y los suyos. Parece que no es posible un gobierno de este país que no haya sido permitido por las élites. Aunque siempre nos quedarán Colau y compañía para pensar lo contrario.
Ciudadanos es la Operación Luna o la Operación Palace de la política española, un programa de televisión para hacernos creer que ha llegado el cambio aunque sigan los mismos o muy parecidos haciendo cosas por el estilo. Si se fijan ustedes un poco, verán el decorado.

fuente: http://www.eldiario.es

lunes, 2 de noviembre de 2015

Así funciona el TTIP: una empresa canadiense denunciará a España por no permitir una mina

El pasado 22 de octubre, la empresa canadiense Edgewater Exploration LTD anunció su intención de exigir una indemnización a España por la negativa del gobierno gallego a abrir una mina de oro en Corcoesto, en el municipio de Cabana de Bergantiños, La Coruña. El proyecto de la mina estaba promovido por una filial de Edgewater, Mineira de Corcoesto SLU, cuya sede se encuentra en Panamá. Según el comunicado, la compañía “utilizará todos los medios disponibles para defender sus intereses. Si España no accede a compensar de forma inmediata a la empresa por las pérdidas de inversión y oportunidad, acudirá al tribunal de arbitraje previsto en el tratado bilateral entre España y Panamá”.
En su momento, el rechazo social contra el proyecto fue masivo. Los habitantes de la zona y numerosas organizaciones sociales y ambientales denunciaban el enorme impacto que iba a suponer el proyecto, que preveía el uso de 1,5 toneladas de cianuro y 4 millones de litros de agua al día. De haberse aprobado se hubiesen removido más de 200 millones de toneladas de rocas y generado lixiviados que se almacenarían en una balsa química semejante a la que se rompió en Aznalcollar, amenazando al río Anllóns y la Ría de Corme Laxe.








Corcoesto
La empresa se apoya en el Acuerdo para la promoción y la protección recíproca de inversiones entre el Reino de España y la República de Panamá, que entró en vigor en julio de 1998, al encontrarse la sede de Mineira de Corcoesto en Panamá. En su artículo 12 contempla varias vías de solución de controversias entre inversor y Estado. En particular el inversor puede acudir “a un tribunal de arbitraje ad hoc establecido de acuerdo con el Reglamento de Arbitraje de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Comercial Internacional o al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI)”. Una demanda a uno de estos tribunales privados podría exigir el pago de una compensación millonaria a los contribuyentes españoles.
Amigos de la Tierra denuncia que existe un histórico de casos, en el que grandes empresas han demandado a Estados ante tribunales de arbitraje en el marco de acuerdos comerciales y de inversiones. Algunos ejemplos demuestran cómo las transnacionales utilizan estos mecanismos para beneficiarse económicamente y coartar todo tipo de herramientas de protección social y ambiental que contravengan sus intereses:
-La petrolera estadounidense Occidental Petroleum Corporation denunció a Ecuador cuando el país latinoamericano puso fin al contrato de una concesión de extracción de petróleo con Occidental, lo que dio lugar a la mayor compensación jamás concedida a un inversor: 1.770 millones de dólares.
-La compañía energética sueca Vattenfall pidió en 2009 una compensación de 1.400 millones de euros de Alemania bajo un tratado internacional de protección de las inversiones en el sector energético, por la anulación de un proyecto de generación eléctrica de carbón en Hamburgo que atentaba contra la calidad del agua. Con esta amenaza, consiguió finalmente que se rebajasen los requisitos ambientales.
-Basándose en el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio entre EE.UU, Canadá y Méjico, la empresa estadounidense Lone Pine Resources Inc. pide una compensación económica a Canadá de 250 millones de dólares por la introducción de una moratoria al fracking en Quebec desde mayo de 2013.
En lo que concierne a los países europeos, diferentes gobiernos de la Unión Europea ya han pagado al menos 3.500 millones de euros a inversores extranjeros privados mediante cláusulas de tratados comerciales y de inversión. Una factura que ha tenido que asumir la ciudadanía europea.
Tras finalizar la XI Ronda de Negociaciones del TTIP, Amigos de la Tierra recuerda a las partes negociadoras las amenazas que suponen el TTIP y el CETA, con este nítido ejemplo de lo que pasaría si la Unión Europea aprobase el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones entre EEUU y la EU (TTIP), y ratificara el acuerdo comercial con Canadá (CETA). Ambos prevén mecanismos de resolución de controversias, lo que abriría el camino a que empresas estadounidenses y canadienses exijan indemnizaciones cuando consideren que sus beneficios están viéndose vulnerados. “En contrapartida, ni los estados, ni mucho menos la población contará con mecanismos para defender sus derechos y el medio ambiente. Una situación que se tercia del todo intolerable y que pondrá en jaque el desarrollo de las legislaciones ambientales y sociales, la defensa del territorio y la protección del medio ambiente, la justicia y la democracia”, señala Amigos de la Tierra.

fuente: http://www.yometiroalmonte.es

lunes, 26 de octubre de 2015

"El 80% de los fármacos sólo tratan, en vez de curar, para ser rentables para la industria"

El asesor especial del Centro del Sur para las áreas de Salud y Desarrollo afirma que España fue "engañada" por la farmacéutica que distribuye el fármaco contra la Heptatis C y que se zanjó la polémica con una "solución política, pero no real". Exrepresentante de la OMS, será investido hoy Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid.

MADRID.- Germán Velásquez (Manizales, Colombia, 1948) trabajó durante más de 20 años en la Organización Mundial de la Salud (OMS) y acabó diciendo de ella que se ha "privatizado". Sin embargo, su investigación y lucha  por el acceso a los medicamentos esenciales le llevó a coordinar el programa de acción sobre medicamentos de esta organización. Ahora es asesor especial en el Centro del Sur, una organización con sede en Ginebra formada por 54 países en vías de desarrollo. Precursor en el debate sobre la mercantilización de la salud, será investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid este lunes. A poco más de un mes para que empiece la campaña electoral en España, Velásquez advierte a los políticos de que, por suerte, la sociedad civil es más consciente que nunca de cuáles son sus derechos: "Hoy en los países del sur mueren miles de personas por no tener acceso a la sanidad. En España, antes que los ciudadanos paguen de su bolsillo el 100% del precio de los fármacos, cae el Gobierno".

La UCM le inviste Doctor Honoris Causa por ser "una de las voces más críticas frente al inmovilismo de los Gobiernos en cuanto al problema de acceso a medicamentos” y por denunciar “la pérdida de independencia y de credibilidad de los organismos internacionales”. ¿Cómo interpreta este reconocimiento?

En cierta forma, es un reconocimiento a una causa, más que a una persona. Yo represento una lucha compartida con mucha otra gente contra la limitación en el acceso a medicamentos en los países del sur y, hoy en día, incluso en los países del norte. Esta distinción me llega en un momento muy importante para mí porque, después de 25 años de trabajo en este campo, me doy cuenta de que la solución no puede venir de la ONU —donde hay una superficialidad brutal y poca elaboración a nivel conceptual— ni de los gobiernos, porque son miopes y buscan soluciones a corto plazo a pesar de que en salud pública no se pueden hacer milagros en dos o tres años. Los políticos tratan de quedarse en el poder pero no buscan soluciones que puedan durar muchos años porque ya no estarán en el poder. Por lo tanto, la única solución está en la academia. La universidad puede encontrar soluciones a la falta de acceso a los medicamentos en el sur y, recientemente, en Europa.

¿De qué manera?

Construyendo otros modelos que permitan una investigación con una rentabilidad sana y garantizando el acceso. El sistema actual consiste en investigar con fondos públicos o privados, patentarlo todo y vender los fármacos a un precio altísimo que puede significar una restricción en el acceso. Tenemos que encontrar un esquema en el que no haya que pasar por el sistema de patentes, en el que el medicamento esté en el dominio público y pueda venderse a precios competitivos. La universidad puede demostrar a los Estados y a los organismos internacionales que hay otros modelos posibles para hacer investigación de una forma rentable pero logrando que todas las personas puedan acceder a ella.

¿Por qué la industria farmacéutica sigue anteponiendo sus intereses económicos a la salud pública sin recibir castigo alguno?

Históricamente, la industria farmacéutica, que es bastante joven, no tiene ni 100 años, estaba formada por empresas familiares supervisadas por los gobiernos nacionales. Pero cuando se generaliza el sistema de patentes, la industria ya estaba concebida como un mecanismo con ánimo de lucro cuya filosofía es, en primer lugar, ganar dinero y, eventualmente, curar o tratar a algunas personas. Así, se desarrollaron unos monstruos gigantescos que hoy son transnacionales, es decir, que sobrepasan la nación no sólo en capitales y tamaño, sino en la capacidad de supervisión de los Estados.

Aunque ha denunciado el "capitalismo especulativo" de la industria y su "afán de lucro inmediato", niega que sea, como se dice a veces, un "enemigo" de las farmacéuticas.

Efectivamente, no soy un enemigo de la industria farmacéutica. Pero es que la industria farmacéutica, como está constituida hoy en día, es enemiga de la salud pública. La industria farmacéutica logra unos beneficios —del orden del 20%— que no los tiene ni la industria financiera, del armamento o del automóvil. Como muchos medicamentos secuestrados bajo una patente durante 20 años, el fabricante pone el precio que quiere y, normalmente, no tiene nada que ver con el costo de producción. El director general de Gilead, la firma que desarrolla el medicamento que cura la Hepatitis C y que se vende en EEUU por 82.000 dólares (el tratamiento de 12 semanas) dijo en una entrevista que fijó el precio teniendo en cuenta que un trasplante de hígado (a lo que puede conducir esta enfermedad) cuesta casi 100.000 dólares.

En España, el Gobierno acordó pagar 25.000 euros a la farmacéutica por cada tratamiento de Sovaldi

Eso fue una solución política, no una solución real. En 2008, el Gobierno español prohibió endeudarse a las comunidades autónomas sin el permiso del Gobierno central. Lo que pasó con la compra del medicamento contra la Hepatits C es que el Gobierno levantó ese veto, pero eso no quiere decir que las comunidades vayan a endeudarse ni que sea razonable hacerlo. El gobierno francés y el español negociaron a la vez con la farmacéutica, pero España llegó a un precio de 25.000 euros y Francia, de 45.000. Esto es un engaño. Cuando uno hace un negocio y gana el doble o el triple, puede decirse que es un buen negocio. Pero si algo que te cuesta menos de 200 euros —el costo del tratamiento de 12 semanas contra la Hepatitis— lo vendes a 82.000 dólares en EEUU... eso no es un buen negocio, sino un fraude. Es la misma filosofía de un perfume: se vende a un precio terriblemente elevado y lo compra una minoría porque no hace falta que lo compre la mayoría de la población. Sería trágico para Dior que todo el mundo se perfumara con el mismo perfume. Casi es igual de cínico lo que pasa con los medicamentos. Por otra parte, el gobierno de España, como cualquier otro miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC), tiene el derecho de retirar la patente del medicamento contra la Hepatitits C para que lo produzca cualquiera. Se llama licencia obligatoria, pero los Estados no lo hacen porque hay muchas presiones de las farmacéuticas y presiones directas del Gobierno de EEUU para que no se hagan licencias obligatorias a sus firmas privadas. De una manera política, se protegen los intereses de las firmas privadas.

En este contexto, ¿se justifican las patentes?

Sería simplista decir que no se justifican y que hay que quitarlas mañana. Pero lo que sí se puede decir es que las patentes, como están siendo utilizadas hoy, no se justifican porque se usan de manera irresponsable. En un año salen entre tres y cinco productos innovadores; sin embargo, se otorgan varios cientos e incluso miles de patentes farmacéuticas. Hay muchos medicamentos bajo patente que no son innovación y que deberían estar en el dominio público y ser comercializados en competencia para que los precios bajaran. Habría que poner orden y hacer más transparente y riguroso el sistema de patentes para que sólo unos medicamentos, muy pocos, puedan tener una patente y que el Estado dé la posibilidad a quien lo inventó de recuperar su inversión. Pero esa remuneración no puede ser tan elevada que bloquee el acceso. Hay que combinar innovación con acceso porque ¿de qué sirve innovar en medicamentos si la gente no puede acceder a ellos?

Usted ha escrito que la sociedad contemporánea tiene capacidad técnica y financiera de producir medicamentos que salven millones de vidas. ¿Quién no está haciendo su trabajo?

Todos somos un poco culpables. Los Estados son culpables de haber tolerado este desorden. La industria está especulando con la vida de las personas y los organismos internacionales, como la OMS, son culpables de no fijar las reglas del juego.

¿Qué solución propone?

Hacer un tratado internacional vinculante y que todos los países que lo firmen aprueben una ley en sus respectivos parlamentos. La OMS tiene la capacidad de negociar tratados vinculantes, pero en sus 65 años de historia sólo lo ha hecho una vez. Fue la convención marco contra el tabaco y es evidente que fue una decisión increíblemente eficaz. La OMC elabora reglas de comercio internacional que son decisiones vinculantes, de aplicación obligatoria. En cambio, en salud pública no hay leyes, todo son recomendaciones. Es absurdo. Debería hacerse un tratado vinculante que se negocie en Ginebra y que cada país, en función de su PIB, apruebe una contribución para crear un fondo común con el que se investigue de tal manera que el fruto de la investigación esté en el dominio público, no haya que patentarlo y que, por tanto, esté al servicio de los países ricos y pobres.

¿Qué papel juegan los genéricos en este escenario?

El genérico es un aliado de los sistemas de salud. En África, el 99% de los antirretrovirales son medicamentos que vienen de la India, genéricos. Pero todos los nuevos medicamentos están secuestrados por la patente, tienen que esperar 20 años y para un enfermo de sida es demasiado tiempo. Hay que dejar claro que los genéricos no son fundaciones filantrópicas ni Hermanitas de la Caridad; son negociantes, están haciendo dinero. Pero su filosofía es producir grandes cantidades de medicamentos a precios bajos para que puedan adquirirlos la mayor parte de la población. No es la filosofía del perfume; el genérico tiene una filosofía más conforme a un criterio de salud pública.

En los últimos años, España ha introducido el copago, ha privatizado hospitales y ha limitado el acceso a la sanidad a los inmigrantes. Todo, según el Gobierno, para ahorrar. ¿Qué le parece?

Me parece un retroceso triste e inadmisible porque España no ha recortado en gasto, sino en derechos y eso no es sano. En las últimas dos décadas, nos han vendido que el Estado despilfarra y no es eficiente, y que por eso hay que entregarle la gestión sanitaria a empresas privadas. Pero si privatizamos un hospital corremos el riesgo de que se convierta en una empresa con ánimo lucrativo antes que en un servicio público. Hay que introducir eficiencia administrativa, pero ¿quién ha dicho que el sector público no pueda hacerlo?

¿Es posible recuperar lo que hemos perdido?

Sí, pero es necesaria más transparencia en el proceso de investigación y desarrollo de los medicamentos. El sistema sanitario es un servicio público que tiene que ser rentable, pero su objetivo principal debe ser investigar para ayudar a la sociedad a mantenerse saludable o a curarse de una enfermedad. Debe haber una agenda de investigación en función de las enfermedades reales de la gente. Hoy se investigan enfermedades que pueden ser rentables y si no es una enfermedad, se crea. Por ejemplo, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en los niños. Es una enfermedad que se ha creado porque supone un negocio rentabe: son medicamentos sobre patentes que deben administrarse durante un largo tiempo. La industria farmacéutica dejó de hacer medicamentos para curar. Hoy el 80% de los medicamentos que hay en el mercado son para tratar. Los fármacos contra el sida, para la hipertensión, la diabetes o contra enfermedades cardiovasculares deben tomarse toda la vida. Si sacamos un medicamento contra el cáncer de mama, en vez de un tratamiento, estaremos matando el negocio porque al cabo de un tiempo perderemos un cliente. El Estado tendría que exigir que los medicamentos nuevos curen o prevengan.

Es más rentable "matar" a la persona que "matar" el negocio.

En parte, sí. A la industria farmacéutica lo que menos le preocupa es el paciente. Trata de asegurar sus beneficios. Un estudio de la revista Lancet que analiza los 70 medicamentos contra el cáncer que fueron puestos en el mercado en los últimos 10 años en EEUU demuestra que su único beneficio es prolongar la vida del paciente una media de dos meses. Algunos de estos fármacos cuestan hasta 100.000 dólares. Son ejercicios de especulación que no podemos permitirnos.

¿En qué país podemos fijarnos en materia sanitaria?

Sobre todo, en el norte de Europa. En los países nórdicos están atravesando la misma crisis financiera que España y no les ha dado por privatizar hospitales, están buscando otras soluciones. Y luego está el excesivo consumo de fármacos. El consumo de medicamentos en EEUU es 1.000 dólares por habitante al año. En Dinamarca, es de 300 dólares, una tercera aparte. Y no podemos decir que los americanos tengan mejor salud que un danés, un holandés o un sueco. En España, el consumo es de 600-700 euros al año, un consumo desproporcionado.
fuente:.publico.es

miércoles, 14 de octubre de 2015

Las multinacionales quieren que el TTIP ponga en sus manos agua, educación y sanidad

Un nuevo estudio del CEO advierte del peligro que supone el tratado comercial UE-EEUU para la "capacidad reguladora de los gobiernos" y para los derechos de los ciudadanos de acceder a servicios públicos. 

MADRID.- No hay nada de qué preocuparse, pueden estar tranquilos; pero no, no vamos a enseñar las cartas para no comprometer la negociación. Este es el mensaje que Bruselas repite una y otra vez ante las preguntas sobre el TTIP, el polémico tratado de libre comercio que la UE y EEUU negocian con opacidad desde mediados de 2013. Es el argumento que reutilizan en bucle, incluso cuando la luz baña una pequeña parte del acuerdo y desata nuevas críticas.

El Observatorio Corporativo Europeo (CEO) ha publicado este lunes un nuevo informe sobre el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP) que denuncia la"confabulación secreta" entre las multinacionales y los negociadores de la Comisión, y alerta del peligro concreto que corren los servicios públicos si finalmente llega a ratificarse el acuerdo. El CEO cree que están "bajo la amenaza" de estas negociaciones comerciales, que el tratado pone en peligro la capacidad reguladora de los gobiernos, e incluso "los derechos de los ciudadanos de acceder a servicios públicos como el agua, la salud o la energía, en aras  de los beneficios corporativos".
Eberhart "La agenda de los lobbies corporativos es agresiva, y hay riesgo de que el TTIP sirva para impulsar privatizaciones"
"La agenda de los lobbies corporativos es agresiva, y hay riesgo de que el TTIP sirva para impulsar privatizaciones", asegura a Público Pia Eberhart, portavoz del CEO. A su juicio, esta alianza no sólo supondría dar nuevas cartas a las multinacionales, sino que los países europeos que plantean remunicipalizar servicios de agua o energía podrían ver sus manos atadas para acometer estas reformas. 

Según el estudio Los servicios públicos bajo ataque, el TTIP y el CETA ( acuerdo UE-Canadá) podrían, "en el peor de los escenarios", "bloquear los servicios públicos llevándolos a una comercialización de la que no podrán ser recuperados, sin importar cuán perjudicial resulte esto para el bien común".  Entre estos servicios públicos se encontraría también la educación ya que, como recuerda Eberhart, la Comisión ha pedido "flexibilidad a los 28" para que puedan "abrir la educación a los mercados", algo que tampoco ha gustado a los cientos de organizaciones críticas con el acuerdo.

El informe es claro al respecto: TTIP y CETA pueden ser utilizados para limitar las capacidades gubernamentales de producir, distribuir o incentivar determinados tipos de energía, como las renovables, y la oferta de servicios en el CETA recoge que al menos 11 estados, entre ellos España y Alemania, ponen sobre la mesa de privatizaciones los servicios hospitalarios. 
"Incluso si un Gobierno quiere proteger el sector público, con la lista negativa hay peligro", afirma.
Pero Bruselas no admite que haya peligro, no reconoce riesgos: "En ningún momento las actuales negociaciones comerciales con EEUU (TTIP) pondrán en peligro los servicios públicos ni supondrán su privatización", asegura la web de la Comisión al respecto. La trampa está en que TTIP y CETA no necesariamente supondrán una privatización forzosa, sino que abrirán la puerta a que estas privatizaciones tengan lugar. Y uno de los elementos clave para lograrlo es la lista negativa: una enumeración de los servicios que no podrán ser privatizados. "Lo que quede fuera, será susceptible de serlo", explica Eberhart.

La lista negativa es ya una realidad en el CETA, y la portavoz del CEO denuncia que la Comisión maniobra para que también lo sea en el TTIP, en el que de momento trabajan con una suerte de "lista mixta". En esta línea, Eberhart reconoce que los gobiernos tendrán cierta capacidad de decisión, pero que todo aquello que no figure en esta lista, incluidos nuevos servicios o modelos de servicios, quedará al alcance de las empresas. "Es muy difícil meterlos todos". "Incluso si un Gobierno quiere proteger el sector público, hay peligro", apunta.

El anzuelo del nuevo ISDS

La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, presentó al inicio de septiembre una remodelación del mecanismo de protección de inversiones o ISDS (Investor State Dispute Settlement). En la práctica, la nueva herramienta de blindaje de las multinacionales frente a los estados, denominada ICS (Investor Court System) recurre a unpool de árbitros con formación de jueces, que sin embargo toman sus decisiones en función de lo establecido en el TTIP. Sólo las empresas pueden demandar a los estados, y tienen la facultad de hacerlo siempre que consideren perjudicadas sus ganancias o sus expectativas de beneficio como consecuencia de los cambios normativos que determinen los estados.

El  rechazo al ISDS de un 97% de los 150.000 europeos que participaron en una consulta pública al respecto o el portazo de varios partidos políticos llevó a Malmström a presentar esta reforma -que debería ser aceptada por EEUU, y a priori no parece contar con muchas posibilidades-, pero Eberhart aclara que en cualquier caso las multinacionales tendrán las de ganar. "La demanda será la misma. Aunque sea tratado de otra forma, el proceso es el mismo, el riesgo es el mismo, y los derechos de los demandantes, iguales", zanja.

Y, aunque no estuviera en lo cierto, la ratificación del CETA permitirá a las multinacionales estadounidenses con filiales en Canadá que demanden a los estados europeos. "Todas las que tengan sedes en Canadá podrán acogerse a esta opción", apostilla la portavoz del CEO.

También Hollywood presiona

Inicialmente los servicios audiovisuales debían quedar fuera del acuerdo, pero Hollywood sigue jugando sus cartas para cambiarlo. El informe alerta de cómo el gobierno de EEUU y la Motion Picture Association of America (la Asociación de Productores y Distribuidores Cinematográficos de América), presionan para acabar con las cuotas de pantalla europeas, así como otras medidas destinadas a proteger las industrias locales en países como España, Italia, Polonia y ,muy especialmente, en Francia, particularmente fiera a la hora de defender su producción cinematográfica ante la apisonadora de la industria norteamericana.

Sin embargo, la cultura o los servicios públicos serían sólo algunas de las patas a las que afectarían dos acuerdos que van mucho más allá del comercio y de la inversión, ya que también podrían tener efectos sobre las normativas de seguridad, las barreras ambientales, las regulaciones sobre productos químicos... y un largo etcétera.

Ambas alianzas se encuentran hoy en fases muy distintas: mientras el CETA está listo para ser ratificado en 2016, Washington y Bruselas aún están negociando el TTIP, y EEUU comienza a mostrar su decreciente interés por el acuerdo. La firma de un tratado con una docena de países de Asia, Oceanía y Sudamérica (TPP) era un objetivo prioritario para Washington, que tampoco ha visto con buenos ojos la reciente sentencia sobre protección de datos dictada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. 
La oposición al TTIP crece: 200.000 personas se manifestaron contra el acuerdo en Berlín este sábado, y Bruselas acogerá la llegada de las Euromarchas esta misma semana
El informe de 46 páginas, firmado por el investigador en políticas económicas, desarrollo y medio ambienteThomas Fritz, y avalado por varias organizaciones además del CEO, señala que aunque ambos tratados son aparentemente independientes, en ambos se pueden encontrar "huellas claras" de la influencia de los mismos lobbies corporativos, entre ellos la poderosa patronal europea, Business Europe, o el Fórum de Servicios Europeo, donde se encuadran compañías como British Telecommunications o Deutsche Bank.

El hecho de que el 83% de las reuniones -oficiales- de la Comisión hayan tenido como interlocutores a las multinacionales, los emails filtrados en los que Bruselas les pide "sugerencias" y aportaciones con respecto al TTIP a las multinacionales, o las declaraciones públicas de estas empresas, permiten al CEO afirmar que la relación de Bruselas con los lobbies es bidireccional, y que la Comisión les "estimula de forma activa" para que participen en la redacción del acuerdo.

La oposición al TTIP, CETA o al TiSA (Trade in Services Agreement) sigue creciendo. Este sábado, entre 150.000 y 250.000 personas salieron a las calles de Berlín para clamar contra el Acuerdo Transatlántico, y esta misma semana Bruselas acogerá la llegada de las Euromarchas. Denuncian la desigualdad existente en una Unión incapaz siquiera de acoger a los refugiados que llaman a sus puertas huyendo de la guerra, contra el excesivo peso de los mercados financieros en las vidas de todos los europeos... Pero también claman contra la firma de acuerdos como el TTIP, que consideran un arma de los poderes económicos y políticos para blindar aún más a las grandes multinacionales, en detrimento de las soberanías nacionales, los derechos de los trabajadores y los estándares de seguridad y de protección del medio ambiente.
FUENTE:http://www.publico.es/internacional/multinacionales-quieren-ttip-les-carta.html

domingo, 2 de agosto de 2015

Cuando las burbujas estallan y Trading de alta frecuencia) l "El grán Casino"



El casino en que se ha convertido la economía financiera global es una montaña rusa donde las burbujas dan paso a las quiebras con millonarias ganancias y pérdidas.

En la historia de las finanzas, las burbujas no son nada nuevo. Pero lo más peligroso de esta última es que ahora las finanzas gobiernan nuestro día a día. Este gigantesco casino se organizó en los Estados Unidos y las tecnologías hicieron posible que se extendiera por todo el mundo.

El trading de alta frecuencia o HFT ha saltado a la actualidad a raíz del Flash Crash de mayo de 2010, donde el Índice Dow Jones se dejó un 9% en sólo 5 minutos. 
Las máquinas y programas informáticos se está haciendo con el control de los mercados. Pero, ¿y cómo afecta esto a los Traders independientes, con unas cuentas de unos pocos miles de dólares y unas estrategias basadas en un par de indicadores técnicos o en puro Price Action? 

lunes, 6 de abril de 2015

10 RAZONES POR LAS QUE DEBE PREOCUPARTE EL TTIP

10 RAZONES POR LAS QUE DEBE PREOCUPARTE EL TTIP

 
 
 
 
 
 
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La Unión Europea está negociando dos acuerdos comerciales de largo alcance: uno con los EE.UU., el conocido como TTIP o Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión y el otro con Canadá, conocido como CETA o Acuerdo Integral de Economía y Comercio.
La versión oficial nos dice que estos tratados van a crear puestos de trabajo y aumentarán el crecimiento económico.
Sin embargo, los beneficiarios de estos acuerdos no serán los ciudadanos, sino las grandes corporaciones.
Aquí exponemos, a través de 10 imágenes, las 10 razones por las que todos deberíamos estar preocupados ante el TTIP / CETA:
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https://elrobotpescador.files.wordpress.com/2015/03/2-b_00000.png
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miércoles, 18 de marzo de 2015

Después de leer esto, quizá no vuelvas a comprar comida preparada

La periodista británica Joanna Blythman probó por primera vez un plato precocinado cuando tenía seis años. Había visto en la tele el anuncio de un curry de pollo listo para comer, en el que aparecían exóticas bailarinas árabes, y consiguió que su abuela se lo comprara. Su decepción, asegura, fue mayúscula: “Era un potingue que parecía comida de perro y sabía aún peor. Me quedé tan impactada que desde entonces he aborrecido las comidas instantáneas”.

Aunque es una sensación que todos hemos tenido alguna vez tras picar con alguno de estos productos, a Blythman el suceso le marcó especialmente y, cuando se convirtió en periodista, dedicó su carrera a conocer qué es lo que realmente comemos cuando nos dejamos llevar por los productos procesados.
La autora ha escrito varios ensayos sobre alimentación como Shopped: The Shocking Power of British Supermarkets o What to Eat: Food that's good for your health, pocket and plate, pero su último libro, que se acaba de publicar en Reino Unido, promete ser el más polémico.

 Swallow This: Serving Up the Food Industry's Darkest Secrets (“Trágate esto: mostrando los secretos más oscuros de la industria alimentaria”) es el resultado de varias décadas de trabajo de investigación, en torno a una industria que, según explica Blythman en el libro –del que la prensa británica publicó varios extractos la pasada semana–, está envuelta en secretismo

 “Me he pasado años llamando a puertas y frustrándome por lo poco que conocía acerca de la producción contemporánea de alimentos”, asegura la periodista. En su opinión, es relativamente sencillo saber qué está ocurriendo en nuestras plantaciones y granjas, donde se “elaboran” los productos en crudo, pero apenas tenemos información de lo que en realidad contienen los alimentos procesados que compramos en el supermercado.

 Con el tiempo, los contactos en la industria me permitieron obtener un acceso sin precedentes a las fábricas de alimentos, así como a las áreas privadas de las páginas corporativas de las empresas, espacios en los que la industria química explica a los fabricantes cómo se puede diseñar nuestra comida”, asegura Blythman. “Aunque llevo 25 años estudiando la industria alimentaria, fue una revelación”.

Una visita al epicentro de la innovación alimentaria
A finales de noviembre de 2013 Blythman logró cumplir uno de sus sueños profesionales: acceder a la mayor feria anual de la industria alimentaria, Food Ingredients, que se celebra todos los años en Europa.
El evento, de tres días de duración, reúne a los más importantes fabricantes, distribuidores y compradores de ingredientes alimentarios, y en él se presentan todas las novedades de la industria. En 2011, cuando se celebró en París –la feria a la que acudió la periodista tuvo lugar en Frankfurt–, acudieron más de 23.000 profesionales, de 154 países, que colectivamente manejaban un presupuesto de 4.000 millones de euros.

 La feria mueve muchísimo dinero, pero, a diferencia de otros encuentros profesionales, está cerrada a cal y canto para todo aquel que no trabaje en la industria. Allí no entran ni políticos, ni periodistas, ni curiosos en busca de folletos. Para acceder a ella Blythman tuvo que usar una identificación falsa.
“Lo primero que me sorprendió fue la ausencia de comida”, asegura la periodista. “A diferencia de todas las otras ferias de alimentación a las que había acudido antes, se mostraba muy poca. Pensé que era porque los compradores saben perfectamente en de qué está hecho lo que se vende, y no es muy agradable comerlo”.

 Uno de los pocos productos acabados que se ofrecían en la feria eran unos pastelitos que tenían un aspecto similar a los de cualquier confitería, pero estaban hechos sin huevos, mantequilla o crema. Esto era posible gracias al “aislado de proteína de patata”, un ingrediente revolucionario que puede ser adaptado para realizar espumas, emulsiones o gelificaciones que proporcionan el volumen, la textura, la sensación en la boca y la estabilidad de los pasteles reales.
 Blythman descubrió en la feria muchos productos como estos: ingredientes que utiliza la industria alimentaria para acelerar, facilitar y abaratar sus procesos productivos. Pero, si bien resulta sencillo saber para qué sirven, mucho más difícil es saber cómo están hechos.

 “Siempre que trataba de averiguar más mis preguntas eran acogidas con reticencia”, explica la periodista en el libro. “Era como preguntar algo a los responsables de prensa del Ministerio de Defensa, cualquier respuesta era vaga y evasiva. Lo único que decían era: ‘Es un proceso especial

Un lavado de cara que no arregla nada
Tras pasar varias horas en la feria, Blythman descubrió por fin un puesto en el que parecían ofrecer comida de verdad: frutas y verduras cortadas, pero con buen aspecto. “Un vendedor de Agricoat me explicó que habían sido sumergidas en una de sus soluciones, NatureSeal, que contenía ácido cítrico y otros ingredientes, y lograban añadir 21 días de vida a los vegetales”, explica la periodista. “Tratadas de esta manera, las zanahorias no desarrollan el moho blanco que delata su edad, las manzanas cortadas no se vuelven marrones, ni las peras traslúcidas. Un baño en NatureSeal hace que las ensaladas de bolsa parezcan frescas y naturales”.

Para el comercial, explica Blythman, esta solución acuosa era un triunfo tecnológico, una bendición para los servicios de restauración que de otra manera tendrían que tirar la comida sin venderla. NatureSeal tiene además un beneficio adicional: como no es un ingrediente como tal, no hay ninguna necesidad de hablar de él en el etiquetado. No es necesario decirle al cliente que su ensalada “natural” y fresca” lleva quince días en el mostrador.
La industria sabe que los consumidores están cada vez más concienciados de lo que comen, y el etiquetado cada vez se vigila más. Por ello, el objetivo de gran parte de los nuevos inventos de la industria alimentaria es calificar como “natural”, “fresco” o “sin aditivos” a productos que ningún ser humano en la Tierra trataría como tal.

 “Puede que mires las etiquetas en busca de las E seguidas de números [los códigos europeos de los aditivos alimentarios] e ingredientes que suenan raro, pasando por alto otras formas de procesar la comida”, explica Blythman. “Muchos de los aditivos e ingredientes incomprensibles de los que teníamos dudas han ido desapareciendo. ¿Significa esto que los alimentos han mejorado? En algunos casos, sí, pero hay una explicación alternativa. Durante los últimos años, la industria se ha embarcado en una operación que denomina ‘etiqueta limpia’, que tiene como objetivo eliminar los ingredientes y aditivos industriales más llamativos y reemplazarlos por sustitutos que parezcan más benignos”.


La periodista reconoce que “algunas compañías han reformulado sus productos de una manera genuina y sincera, con ingredientes menos problemáticos”. Pero no es lo habitual. “Otras compañías, convencidas de que pueden pasar el coste al comercio minorista y los consumidores, han apostado por todo un nuevo conjunto de sustancias baratas que les permiten limpiar su imagen de cara al público”.

Blythman pone un ejemplo común de este lavado de cara. “Al escoger un salami, hasta el consumidor más concienciado se sentirá relajado cuando vea ‘extracto de romero’ en su lista de ingredientes”, explica la periodista. “Pero el extracto de romero es en realidad un sustituto de varios antioxidantes de la vieja escuela, los E300-21, como el butilhidroxianisol (BHA) y el hidroxitolueno butilado (BHT), que utilizan los fabricantes para ralentizar la velocidad a la que los alimentos se vuelven rancios para así extender su vida útil
 ¿Entonces el extracto de romero no tiene nada de romero? Sí, pero tal como explica Blythman, su relación con la hierba es bastante remota: “Los compuestos antioxidantes de la hierba son aislados por un procedimiento de extracción que los desodoriza, eliminando cualquier sabor y olor a romero. La extracción se realiza utilizando dióxido de carbono u otros disolventes químicos, como el hexano (procedente de la destilación del petróleo), el etanol o la acetona. Este extracto de romero de sabor neutro se vende a los fabricantes, usualmente en forma de polvo de color marrón”.


¿Debemos desconfiar por completo de la industria?
No cabe duda de que muchos de los procesos que utiliza la industria alimentaria provocan alarma entre los consumidores, pero ¿está justificada? Cualquier innovación técnica causa recelo en un principio, pero ¿suponen estas innovaciones un peligro real para nuestra salud?

Según Blythman, no podemos pensar que esta nueva vuelta de tuerca a la composición de nuestros alimentos vaya a mejorar nada: “La historia de la comida procesada está repleta de ingredientes que se presentaron inicialmente como más seguros y aconsejables y que después fueron retirados”. Es el caso de las grasas vegetales hidrogenadas, como la margarina, que ahora sabemos son mucho menos saludables que la mantequilla a la que sustituían, o el jarabe de maíz de alta fructosa, que en su día se vendió como una alternativa al azúcar más saludable y hoy está en el punto de mira de las autoridades sanitarias, que lo consideran en parte responsable de la epidemia de obesidad que sufre EEUU.


Esto no quiere decir nada. Quizás esta vez la industria no nos esté dando gato por liebre. Pero, sólo por si acaso, Blythman ofrece en su libro un pequeño glosario para interpretar lo que en realidad hay detrás de muchos de los nuevos ingredientes que están apareciendo en nuestras etiquetas.

Vitaminas añadidas
Versiones de fábrica de las vitaminas naturales que se encuentran en los alimentos. El ácido ascórbico, la vitamina C artificial, se suele sintetizar a partir de la fermentación de maíz transgénico y la vitamina E se obtiene normalmente de derivados del petróleo.


Fibra soluble
Un término para referirse al almidón modificado que suena mejor. Se utiliza para reducir la cantidad de nutrientes en la comida procesada y así abaratar costes.

Colorantes naturales
La única diferencia con los colorantes artificiales es que los pigmentos originales se extraen de la naturaleza. Por lo demás, se fabrican utilizando los mismos procesos industriales, que incluyen la extracción mediante disolventes agresivos.

Edulcorantes artificiales
Varios estudios a largo plazo han desvelado la relación entre los edulcorantes artificiales y la ganancia de peso. Parece además que podrían incrementar el riesgo de padecer diabetes tipo 2.


Enzimas
Se utilizan para hacer que el pan permanezca blando por más tiempo, para inyectarlo en el ganado antes de que pase por el matadero, para que se ablande la carne o para procesar el zumo de fruta y que tenga una apariencia más natural.

Proteína de ternera, cerdo o pollo
Son colágenos extraídos de los restos de carnicerías y mataderos, procesados para convertirlos en polvo, que se añaden a carnes de baja calidad. Les da volumen, incrementa el contenido de proteína de la etiqueta y, en combinación con el agua, sirven de sustitutos de la carne.


Ensaladas lavadas y listas para comer
Estas bolsas de ensalada que se han puesto tan de moda últimamente se “lavan” en agua del grifo con cloro, a menudo con ácidos de frutas, en polvo o líquidos, que inhiben la aparición de bacterias. El mismo líquido del tanque de lavado se suele utilizar durante ocho horas seguidas.

Aceite vegetal puro
Aceites refinados, blanqueados y desodorizados. A menudo se les añaden productos químicos para extender su vida útil.

Aromas naturales
Incluso la industria de los aromas admite que no hay mucha diferencia en la composición química de los aromas naturales y artificiales. Se fabrican utilizando los mismos procesos físicos, encimáticos y microbiológicos.

fuente:El confidencial

viernes, 6 de febrero de 2015

Catálogo de nuevos terroristas según la reforma penal del PP y el PSOE

Con la expuesta intención de hacer frente al fenómeno yihadista, el Partido Popular y el PSOE han pactado una reforma del Código Penal que extiende la definición de "terrorismo" a conductas que nada tienen que ver con los delitos que puedan cometer integristas islámicos, según coinciden los expertos consultados.
Más allá de la oposición a la prisión permanente revisable, los socialistas prestan su apoyo a un concepto de terrorismo sobre el que otros miembros de la oposición, activistas y catedráticos de Derecho Penal dan la voz de alarma: el texto de la proposición de ley introduce conceptos tan amplios y vagos que actos que hasta ahora merecían un determinado reproche penal pasarán a ser castigados con la severidad que merece un acto terrorista.
En concreto, la reforma del artículo 573 del Código Penal establece como delitos terroristas los "desórdenes públicos" u otros contra el patrimonio si con ellos se pretende "obligar a los poderes públicos a realizar un acto o abstenerse de hacerlo" o, simplemente, "alterar gravemente la paz pública". Estas son las acciones y grupos susceptibles de ser investigados, detenidos, juzgados y condenados por terrorismo a partir de la reforma acordada por el PSOE y el PP.

Vecinos de Gamonal y otros barrios

Los participantes en los disturbios del barrio burgalés de Gamonal pretendían parar las obras en un bulevar aprobadas por el Ayuntamiento de la ciudad. Lo que hicieron se puede traducir por que algunos protestaron de forma violenta con la intención de obligar a un "poder público" a rectificar y "abstenerse" de llevar a cabo su proyecto.
La afirmación encaja con la nueva redacción del artículo 573 del Código Penal que el PP y el PSOE quieren aprobar. De haber estado en vigor la reforma del Código Penal que han aprobado los dos partidos, los causantes de lesiones a los policías antidisturbios podrían haber sido condenados a 15 años de prisión.
El Ministerio del Interior difundió la supuesta vinculación de algunos violentos llegados de fuera con grupos próximos al terrorismo, aunque los datos del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León describían a un manifestante residente en el barrio y sin antecedentes, salvo en dos excepciones.
Con la reforma pactada, sucesos como los de Gamonal "activarán la legislación" en esta materia antiterrorista, advierte el catedrático de Derecho Penal Jacobo Dopico. Y añade: "Aparte de la mayor gravedad de la reacción penal, deben mencionarse otras gravísimas consecuencias, como una detención policial por cinco días o la interceptación de las comunicaciones sin autorización judicial previa".

Defensores del medio ambiente y los derechos de los animales

¿Alteran gravemente la "paz pública" los activistas que se plantan en Tordesillas todos los años para impedir la celebración del Toro de la Vega? En caso afirmativo, ya existe el primer indicio de terrorismo. ¿No pretenden que las autoridades prohíban la fiesta? Otra respuesta positiva les sitúa directamente en el radar de la lucha antiterrorista.
¿Y las organizaciones animalistas que asaltan granjas donde se maltrata a los animales? ¿No llevan a cabo un delito contra el patrimonio con la intención de cambiar la legislación que no castiga la cría de animales en determinadas condiciones? Con otras dos respuestas afirmativas a estas preguntas, la suerte de los animalistas estará echada cuando se apruebe la reforma del PP y el PSOE, según los penalistas consultados.
El tribunal competente para instruir y juzgar los delitos de terrorismo es la Audiencia Nacional. Siempre cabe la posibilidad de que la redacción ambigua de la ley permita al magistrado instructor rechazar un proceso por terrorismo y derivar las denuncias contra los animalistas a un juzgado ordinario.
Pero antes de que eso ocurra, coincide el catedrático de la Universidad Autónoma Manuel Cancio, los participantes en las protestas podrán ser investigados y detenidos por unidades policiales antiterroristas, sus comunicaciones intervenidas sin autorización judicial previa y, además, su arresto transcurrirá en régimen de incomunicación, incluso por un espacio máximo de cinco días. A lo anterior cabría sumar el tratamiento mediático que Interior aplica a los sospechosos de terrorismo. Según los expertos consultados, la proposición de ley del PP y el PSOE permite todo ello.
Bajo estos mismos parámetros, Fuerzas de Seguridad y jueces tendrían respaldo legal para responder con operaciones antiterroristas contra aquellos que protagonicen actuaciones con fuerza contra la construcción de centrales nucleares y otras obras susceptibles de dañar el medio ambiente. Para ello no será necesario que atenten contra personas, bastará con que lo hagan contra el "patrimonio".

Habituales en desahucios, escraches y protestas contra las privatizaciones

Desde que existe la Plataforma Antidesahucios, más de 1.000 desalojos han sido abortados en España. Es decir, en un millar de ocasiones, un grupo de personas ha impedido a la comisión del juzgado, eventualmente apoyada por la policía, ejecutar el mandamiento de desahucio.
Traducido al nuevo texto legal, los activistas han impedido a un poder público realizar una acción. Y para hacerlo han incurrido en desórdenes públicos. Si no han sido graves, se enfrentan a una multa que puede alcanzar los 30.000 euros, según la nueva Ley de Seguridad Ciudadana. En el caso de que se trate de hechos graves, deberán atenerse a los delitos de terrorismo que recogerá el nuevo artículo 573 del Código Penal.
¿Qué diferencia una resistencia a la autoridad susceptible de multa de otra de carácter grave? Aquí entra la reforma del Código Penal que ha aprobado el PP en solitario y que no alude, en principio, al terrorismo. Según el nuevo texto, cometerá un acto grave de desórdenes públicos el que se niegue a abandonar un lugar, solo a través de la resistencia pasiva, sin necesidad de que recurra a la violencia.
Las actuaciones contra los desahucios dejan a menudo imágenes de activistas abrazados entre sí y retirados a rastras por los antidisturbios. Para el diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares, la reforma antiterrorista es la tercera pata de "un trípode de excepción", que se completa con la Ley de Seguridad Ciudadana y el resto de la reforma del Código Penal.
Algo similar ocurriría con los escraches, que también ha popularizado en España la PAH. Con la campaña que emprendieron, los activistas pretendían presionar a los políticos para que votaran a favor de una Iniciativa Legislativa Popular en favor de la dación en pago. Su objetivo declarado, por tanto, era "obligar a los poderes públicos a realizar un acto o abstenerse de hacerlo".
De nuevo aparece la renovada redacción del artículo 573 del Código Penal por los grupos socialista y popular. La misma situación se repetiría con aquellos que se vieran envueltos en "desórdenes públicos" al protestar contra la privatización de Aena o el Canal de Isabel II, como apunta el catedrático de la Universidad Autónoma Manuel Cancio.

Ciberactivistas

Los activistas en la red que han traspasado la línea, según el actual Código Penal, también tienen su apartado en la reforma del artículo 573. Esos delitos que ejecutan pasarán ahora a ser terrorismo "cuando se cometan con alguna de las finalidades descritas en el apartado anterior", es decir, para obligar a los poderes públicos a realizar algo o a dejar de hacerlo, alterar gravemente la paz pública o "desestabilizar gravemente el funcionamiento de una organización internacional".
Esta última intencionalidad, aplicable no solo a los hackers, adquiere cierta relevancia cuando se habla de ellos. En el caso de que uno o varios de estos hackers decidan asaltar los archivos informáticos de, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional, estarán incurriendo en un delito de terrorismo, según la próxima legislación española.
El artículo 197 bis del Código Penal actual castiga con prisión de entre seis meses y dos años a quien, "por cualquier medio o procedimiento y vulnerando las medidas de seguridad establecidas para impedirlo, acceda sin autorización a datos o programas informáticos contenidos en un sistema informático".
Con el texto que presentan el PSOE y el PP, los hackers podrán ser perseguidos por eso mismo en calidad de presuntos terroristas. Así será cuando obtengan informaciones violando la seguridad informática de personas o instituciones. En ocasiones se trata de espionaje empresarial o piratería informática, pero en otras se ha tratado de obtener información relevante para los ciudadanos por la gravedad de los hechos que hacen aflorar. De no haber sido sustraídos y entregados a los medios de comunicación, nunca se hubieran conocido. 
En el campo que afecta a los ciberactivistas, el abogado y director jurídico de la Plataforma por la Defensa de la Libertad de Expresión (PDLI), Carlos Sánchez Almeida, destaca el caso de los imputados en un juzgado de Gijón por tumbar la web de la Junta Electoral Central durante las protestas del 15M realizadas en 2011 en fechas no autorizadas por su proximidad a las elecciones autonómicas y municipales. Con el próximo Código Penal, advierte el letrado, podrían ser acusados de un delito de terrorismo.

Tuiteros, al límite

La próxima legislación antiterrorista abarcará los delitos cometidos por quienes difundan "públicamente mensajes o consignas que tengan como finalidad o que, por su contenido, sean idóneos para incitar a otros a la comisión de alguno de los delitos de este capítulo".
Esos delitos, como se menciona anteriormente, no tienen por qué estar vinculados necesariamente con el terrorismo yihadista y podrían cometerse durante una protesta que derive en altercados. En este sentido, Sánchez Almeida destaca la "ambigüedad" de la expresión "sean idóneos" como soporte para perseguir como terroristas infinidad de mensajes difundidos a través de las redes sociales, como ha ocurrido en algunas de las convocatorias post-15M.

fuente: http://www.eldiario.es

lunes, 2 de febrero de 2015

Se ha descubierto lo que probablemente causa la adicción

Se ha descubierto lo que probablemente causa la adicción, y no es lo que tú crees

Hace ahora cien años que las drogas se prohibieron por primera vez. En todo este siglo de guerra contra las drogas, nuestros profesores y gobiernos nos han contado una historia sobre la adicción. Esta historia está tan arraigada en nuestra mente que ya la damos por hecho. Parece algo obvio. Parece manifiestamente cierto. Hasta que hace tres años y medio comencé un viaje de 48.000 kilómetros con mi nuevo libro, Chasing The Scream: The First And Last Days of the War on Drugs, para descubrir lo que realmente impulsaba la guerra contra las drogas, o eso creía. No obstante, lo que aprendí en el camino es que casi todo lo que nos han contado sobre la adicción es falso; hay una historia diferente a punto de ser contada, si es que estamos dispuestos a escucharla.
Si absorbemos esta nueva historia, tendremos que cambiar mucho más que la guerra contra las drogas. Tendremos que cambiarnos a nosotros mismos.
Yo lo aprendí de una mezcla extraordinaria de gente que conocí en mis viajes. De los amigos supervivientes de Billie Holiday, que me ayudaron a entender que el fundador de la guerra contra las drogas la acechó y contribuyó a matarla. De un médico judío, al que sacaron de un gueto de Budapest siendo un bebé para después revelar los secretos de la adicción siendo adulto. De un camello de crack transexual de Brooklyn que fue concebido cuando su madre, adicta al crack, fue violada por su padre, un agente de policía de Nueva York. De un hombre al que un dictador torturador retuvo en un pozo durante dos años y después fue elegido presidente de Uruguay para dar comienzo al final de la guerra contra las drogas.
Tenía un motivo bastante personal para querer saber esas respuestas. Uno de mis primeros recuerdos de niño es intentar despertar a un familiar y no ser capaz. Desde entonces, le he dado vueltas al misterio esencial de la adicción: ¿qué provoca que algunas personas se queden fijas en una droga o en un comportamiento sin poder parar? ¿Cómo ayudamos a esas personas a que vuelvan? A medida que me hago mayor, otro de mis familiares cercanos desarrolló una adicción a la cocaína y yo tuve una relación con un adicta a la heroína. Vamos, que estoy familiarizado con la adicción.
Si al principio me hubieras preguntado qué provoca la adicción a las drogas, te habría mirado como si fueras idiota, y habría dicho: "Pues las drogas". No hay más que rascar. Pensé que lo llevaba viendo toda mi vida. Todos lo podemos explicar. Imagina que tú y yo y otras 20 personas que pasan por la calle tomaran una potente droga durante 20 días. Esas drogas tienen sustancias químicas muy adictivas, así que si lo dejáramos el día 21, nuestro cuerpo necesitaría esas sustancias. Tendríamos un mono terrible. Seríamos adictos. Eso es lo que significa la adicción.
Una de las formas en que esta teoría se estableció por primera vez fue mediante experimentos de ratas, que se inyectaron en la mente de los americanos en la década de los 80 con una famosa publicidad de Partnership for a Drug-Free America. Puede que os acordéis. El experimento es simple. Pon una rata en una jaula con dos botellas de agua. Una sólo con agua. La otra con heroína o cocaína diluida. Casi todas las veces que lleves a cabo este experimento, la rata se obsesionará con el agua con droga y volverá a por más hasta que muera.
El anuncio explica: "Una sola droga es tan adictiva que nueve de cada diez ratas de laboratorio la consumirán. Cada vez más. Hasta la muerte. Se llama cocaína. Y puede hacerte lo mismo a ti".
No obstante, en los setenta, un profesor de Psicología de Vancouver llamado Bruce Alexander descubrió algo extraño en este experimento. La rata está sola en la jaula. No tiene otra cosa que hacer aparte de tomar drogas. ¿Qué ocurriría, se preguntaba, si se intentara de otra manera? Entonces, el profesor construyó un parque para ratas (Rat Park). Se trata de una jaula de diversión en la que las ratas tenían pelotas de colores y la mejor comida para ratas y túneles para corretear y muchos amigos: todo lo que una rata querría. Alexander quería saber qué ocurriría.
En el parque de ratas, todas probaron los dos botes de agua porque no sabían qué contenían. Pero lo que sucedió fue sorprendente.
A las ratas que llevaban una buena vida no les gustó el agua con droga. En general, evitaban beberla y consumían menos de un cuarto de las drogas que tomaban las ratas aisladas. Ninguna murió. Mientras que las ratas que estaban solas e infelices se hicieron adictas, no le ocurrió lo mismo a ninguna de las que vivía en un entorno feliz.
Al principio pensé que era sólo una particularidad de las ratas, hasta que descubrí que al mismo tiempo estaba teniendo lugar un experimento equivalente en humanos. Se llamaba la Guerra de Vietnam. La revista Time informó de que el consumo de heroína era "tan común como mascar chicle" entre los soldados estadounidenses, y hay evidencias claras que lo respaldan: un 20% de los soldados estadounidenses había desarrollado adicción a la heroína allí, según un estudio publicado en los Archivos de Psiquiatría General. Muchas personas estaban comprensiblemente aterradas; creían que un gran número de adictos volvería a casa cuando terminara la guerra.
No obstante, un 95% de los soldados adictos -de acuerdo con el mismo estudio- dejó las drogas. Muy pocos se sometieron a rehabilitación. Pasaron de una terrorífica jaula a un lugar agradable, por lo que ya no querían tomar drogas.
El profesor Alexander defiende que este descubrimiento es un profundo reto tanto para la visión de derechas de que la adicción es un fracaso moral debido a los excesos hedonistas, como para la visión liberal de que la enfermedad es una enfermedad que tiene lugar en un cerebro químicamente secuestrado. De hecho, defiende que la adicción es una adaptación. No eres tú. Es tu jaula.
Después de la primera fase de Rat Park, el profesor Alexander continuó con sus pruebas. Repitió los primeros experimentos, en los que las ratas estaban solas y consumían la droga de forma compulsiva. Dejó que la consumieran durante 57 días. Luego las sacó del aislamiento y las situó en el parque para ratas. Quería saber si al caer en ese estado de adicción, el cerebro está tan secuestrado que es imposible recuperarse. ¿Las drogas se apoderan de ti? De nuevo, lo que ocurrió fue sorprendente. Parecía que las ratas tenían síntomas de abstinencia, pero pronto dejaron de consumir tantas drogas y volvieron a llevar una vida normal. La jaula buena las salvó. Las referencias completas de todos estudios que cito están en el libro.
Cuando me enteré, me quedé impactado. ¿Cómo podía ser? Esta nueva teoría es un ataque tan radical sobre lo que siempre nos han dicho que parece imposible, irreal. Pero a cuantos más científicos entrevistaba y más estudios leía, más cosas descubría que parecían no tener sentido, a menos que se tuviera en cuenta este nuevo enfoque.
Este es un ejemplo de un experimento que ocurre a tu alrededor y que quizá también te ocurra a ti algún día. Si sales hoy a correr y te rompes la cadera, probablemente te den diamorfina, el nombre médico de la heroína. En el hospital hay mucha gente que recibe heroína como calmante por un largo período. La heroína que te da el médico tiene una pureza y potencia mucho mayor que la de la heroína que se consume en la calle, que venden y adulteran los delincuentes. Por tanto, si la antigua teoría de la adicción es cierta -las drogas la provocan; hacen que tu cuerpo las necesite-, entonces es obvio lo que debería ocurrir. Un montón de gente, al salir del hospital, iría por las calles pidiendo heroína para seguir con su hábito.
Pero ahí está lo extraño: que, virtualmente, nunca ocurre. El doctor canadiense Gabor Mate fue el primero en explicarme que los consumidores clínicos lo dejan sin más, a pesar de que se han estado drogando durante meses. La misma droga, utilizada durante el mismo período de tiempo, convierte a los usuarios de la calle en adictos desesperados, mientras que no afecta a los pacientes médicos.
Si sigues creyendo -como me pasaba a mí antes- que la adicción está provocada por sustancias químicas, esto te resultará incomprensible. Pero si crees la teoría de Bruce Alexander, el puzle empieza a cobrar sentido. Los adictos callejeros son como las ratas de la primera jaula, aislados, solos, con una sola vía de escape a su disposición. El paciente médico es como las ratas de la segunda jaula. Vuelve a casa a una vida rodeada por la gente que ama. La droga es lo mismo, pero el entorno es diferente.
Esto nos da una visión que va mucho más allá de la necesidad de entender a los adictos. El profesor Peter Cohen defiende que los seres humanos tienen una necesidad profunda de apego y de crear vínculos. Es así como obtenemos satisfacción. Si no podemos conectar con las personas, conectaremos con cualquier cosa que encontremos, el zumbido de una ruleta o el pinchazo de una jeringuilla. Afirma que deberíamos dejar de hablar sobre "adicción" en general para empezar a llamarlo "apego". Un adicto a la heroína se ha adherido a ella porque no ha podido vincularse con otra cosa hasta ese punto.
Por tanto, lo opuesto a la adicción no es la sobriedad. Es la conexión humana.
Cuando me enteré de todo esto, descubrí que poco a poco me estaba convenciendo, pero me seguían asaltando algunas dudas. ¿Decían esos científicos que las sustancias adictivas no tenían nada que ver? Entonces me explicaron que puedes hacerte adicto al juego y nadie piensa que te inyectas un paquete de cartas en las venas. Puedes tener todo tipo de adicciones sin que impliquen ningún componente químico. Un día fui a una reunión de Jugadores Anónimos en Las Vegas (con el permiso de todos los presentes, que sabían que estaba ahí para observar) y vi que eran tan adictos como los cocainómanos y heroinómanos que conocía. Y aun así, no había sustancias químicas adictivas de por medio.
Con todo, seguía preguntándome si los componentes químicos desempeñaban algún papel. Resulta que hay un experimento que daba la respuesta precisa, y que aprendí gracias al libro The Cult of Pharmacology, de Richard DeGrandpre.
Todo el mundo sabe que fumar tabaco es uno de los hábitos más adictivos. Las sustancias químicas del tabaco proceden de una droga llamada nicotina. Cuando se crearon los parches de nicotina a principios de los noventa, creció el optimismo: los fumadores podrían saciar su adicción sin sufrir los efectos perniciosos (y mortales) de los cigarrillos. Serían liberados.
No obstante, el Departamento del Cirujano General reveló que el 17,7% de los fumadores son capaces de dejarlo usando parches de nicotina. Esto tiene su importancia. Si las sustancias químicas llevan al 17,7% de la adicción, como esto demuestra, son millones de vidas arruinadas a nivel mundial. Esto significa que la historia que nos han contado de que La Causa de la Adicción son las sustancias adictivas es verdadera, pero es sólo una pequeña parte de un panorama mucho mayor.
Todo esto tiene grandes implicaciones en la guerra contra las drogas que lleva lidiándose todo un siglo. Esta guerra masiva que, como he visto, mata a gente desde México a Liverpool, está basada en la afirmación de que necesitamos erradicar físicamente un montón de sustancias químicas que interceptan el cerebro de la gente y provocan adicción. Pero si las drogas no son la causa de la adicción -si, en realidad, es el desapego lo que la provoca-, vuelve a resultar incomprensible.
Por irónico que parezca, la guerra contra las drogas realmente incrementa todas esas causas de la adicción. Por ejemplo, fui a una cárcel en Arizona, Tent City, donde los presos están aislados en diminutas cuevas de piedra (The Hole [El Agujero]) durante semanas para castigarlos por el uso de drogas. Es la recreación humana más próxima a las jaulas que garantizaban la adicción mortal de las ratas. Cuando esos prisioneros salgan, no tendrán posibilidades de trabajo por sus antecedentes penales; estarán incluso más aislados. Es lo que he comprobado a través de todas las historias humanas que he descubierto a lo largo y ancho del mundo.
Hay una alternativa. Se puede construir un sistema diseñado para ayudar a los adictos a reconectar con el mundo y dejar atrás sus adicciones.
No es algo teórico. Está ocurriendo. Lo he visto. Hace casi 15 años, Portugal tenía uno de los peores problemas de drogas en Europa: el 1% de la población era adicta a la heroína. Probaron una guerra contra las drogas y el problema no hizo más que empeorar. Entonces decidieron hacer algo radicalmente diferente. Pensaron despenalizar todas las drogas y utilizar todo el dinero que antes gastaban en arrestar y encarcelar a los drogadictos en reinsertarlos y reconectarlos con sus propios sentimientos y con la sociedad. El paso más importante es conseguirles un alojamiento seguro y un trabajo para que tengan un objetivo en la vida y algo por lo que levantarse cada mañana. Yo vi cómo les enseñaban en clínicas cálidas y acogedoras a reconectar con sus sentimientos tras años de trauma y de silencio con las drogas.
Me enteré de que un grupo de adictos recibió un préstamo para crear una empresa de mudanzas. Eran un grupo, todos conectados entre sí y con la sociedad, responsables del cuidado de cada uno.
Los resultados de todo esto ahora están aquí. Un estudio independiente del British Journal of Criminology descubrió que desde la total despenalización, había disminuido la adicción, y el uso de drogas inyectadas había bajado un 50%. Repito: el uso de drogas inyectadas se redujo un 50%. La despenalización ha sido un éxito tan evidente que muy pocas personas en Portugal quieren volver al antiguo sistema. El que más campaña hizo contra la despenalización en 2000 fue Joao Figueira, inspector jefe del cuerpo de narcóticos de Portugal. Hizo todas las advertencias nefastas que se esperarían del Daily Mail o de Fox News. Pero cuando estuvimos juntos en Lisboa, me dijo que no ocurrió nada de lo que había predicho... y que ahora espera que todo el mundo siga el ejemplo de Portugal.
Esto no sólo afecta a las personas drogadictas a las que quiero. Es relevante para todos nosotros, porque nos obliga a pensar de forma diferente sobre nosotros mismos. Los seres humanos son animales de vínculos. Necesitamos apego y amor. La frase más sabia de todo el siglo XX fue el "conecta tan sólo", de E. M. Forster. Pero hemos creado un entorno y una cultura que nos impide la conexión, o que ofrece sólo la parodia de ello a través de internet. El aumento de la adicción es un síntoma de una enfermedad más profunda de la forma de vida que llevamos, que dirige constantemente nuestra mirada hacia el próximo objeto brillante que deberíamos comprar en lugar de hacia los seres humanos que nos rodean.
El escritor George Monbiot lo ha llamado "la era de la soledad". Hemos creado sociedades humanas en las que es más fácil que nunca que la gente carezca de conexiones humanas. Bruce Alexander, el creador de Rat Park, me dijo que durante mucho tiempo hemos estado hablando exclusivamente de la recuperación de la adicción de forma individual. Ahora tenemos que hablar de la recuperación social, el modo en que todos nos recuperamos, unidos, de la enfermedad del aislamiento que nos invade como una espesa niebla.
Pero esta nueva prueba no sólo supone un reto políticamente hablando. No sólo nos obliga a cambiar la mente. Nos obliga a cambiar nuestro corazón.
Amar a un adicto es realmente duro. Cuando miraba a los adictos a los que quiero, siempre estaba tentado de seguir los consejos para un amor difícil promovidos por los realities como Intervention (dile al adicto que se reponga o deshazte de él). Su mensaje es que deberíamos evitar a los adictos que no lo van a dejar. Es la lógica de la guerra contra las drogas, importada a nuestras vidas privadas. No obstante, aprendí que así sólo acrecentará su adicción y acabarás perdiéndolos. Llegué a casa decidido a unirme más que nunca a los adictos que conocía, para hacerles saber que los quiero de forma incondicional, independientemente de si lo dejan o si no pueden dejarlo.
Cuando volví de mi largo viaje, miré a mi exnovio, con síndrome de abstinencia, temblando en la cama de invitados, y pensé en él de otra forma. En el último siglo, hemos estado cantando canciones de guerra sobre adictos. Mientras le secaba la frente, se me ocurrió que deberíamos haberles cantado canciones de amor.
La historia completa del viaje de Johann Hari -contada a través de las historias de la gente que conoció- se puede leer en su libro 'Chasing The Scream: The First and Last Days of the War on Drugs', publicado por Bloomsbury. El libro ha recibido elogios de todo el mundo, desde Elton John hasta Glenn Greenwald, pasando por Naomi Klein. Puedes leer más sobre el libro en www.chasingthescream.com.
Johann Hari hablará sobre su libro el 29 de enero a las 19.00, hora estadounidense (la 1:00 en la Península), en la librería Politics and Prose, en Washington DC. El 30 a mediodía estará en Nueva York en la 92nd Street Y. El 4 de febrero por la tarde estará en la librería Red Emma en Baltimore.
Las referencias y las fuentes bibliográficas de toda la información citada en este artículo se pueden encontrar en las extensas notas del libro. 

fuente: http://www.huffingtonpost.es