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viernes, 16 de enero de 2015

Nuevo DNI electrónico 3.0 con NFC, ventajas y peligros

Nuevo DNI electrónico 3.0 con NFC, ventajas y peligros

El DNIe 3.0 ya es una realidad pero ¿son reales sus ventajas?¿es tan seguro como prometen? ¿se puede leer remotamente sin autorización?


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El pasado lunes el Ministerio del Interior anunció un nuevo documento nacional de identidad DNI en formato electrónico: el DNIe 3.0. La gran mejora del nuevo modelo es que incluye un chip de tecnología NFC (comunicacion de campo cercano) más cómodo y seguro, aunque mantiene el ineficaz chip SIM que estrenó el modelo DNIe 2.0.
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¿Cómo funciona el NFC?

La tecnología de comunicación NFC (Near Field Communication) es bastante conocida por ser el mismo método de comunicación inalámbrica que el usado en millones de móviles o tarjetas de crédito a lo largo y ancho de todo el planeta. Basta con acercar un lector a unos 5 centímetros o menos y se establece un intercambio de datos más rápido y de mayor capacidad que la anterior sistema (que además requería introducir el DNI en un lector).
Los datos solo se transfieren si se activa un protocolo de comunicación compatible, ya que disponer del chip NFC no significa necesariamente que pueda transferirse información entre el DNIe 3.0 y cualquier lector. Por ejemplo parece poco probable que Apple abra su conexión NFC utilizado para Apple Pay a ninguna otra herramienta por o que los iPhone no tendrían función de lectura del DNIe 3.0
En cualquier caso la ventaja del NFC es la comodidad de uso, ya que su funcionamiento en más sencillo y efectivo que el del primer DNI electrónico, cuyo funcionamiento (desde el punto de vista tecnológico) ha sido un fracaso.
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Así se usa

Los lectores de NFC están integrados actualmente en gran cantidad de móviles y tabletas, lo cual puede facilitar su uso en estos equipos. Normalmente bastará con posar el DNIe 3.0 en el respaldo del móvil o tableta para activar la comunicación. Pero siendo realistas, las webs donde las ventajas de un DNI electrónico pueden aprovecharse no siempre están adaptadas, u optimizadas, a estos dispositivos móviles -y es bastante probable que se necesiten app dedicadas en algunos casos-. Si accedemos mediante un portátil o un sobremesa a las páginas web oficiales -que tampoco son precisamente un ejemplo de usabilidad-, nos encontraremos con otro obstáculo, los ordenadores no suelen contar con lectores de NFC. En ambos casos es probable que no sea tan fácil como prometen obtener un resultado positivo a nuestra necesidad, así que ya veremos cómo van resolviendo estos temas.
Cabe destacar que el DNIe 3.0 mantiene en la parte de detrás el mismo chip SIM usado en el DNIe 2.0. En este modelo, el chip se desprendía del documento muy fácilmente dejando inservible el DNI (con obligación de renovarlo) así que esperamos que el nuevo sistema sea más fiable. Afortunadamente el chip NFC está integrado dentro del cuerpo.
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¿Cuáles son sus ventajas?

El mayor beneficio del uso del NFC será la rapidez y sencillez de uso para su uso en contextos de identificación (correos, servicios de mensajería, farmacias, aeropuertos y fronteras), obtención de información (vida laboral, multas de tráfico e impuestos), autorizaciones (colegios) e incluso denuncias o trámites administrativos sin necesidad de desplazamientos a la sede de organismos públicos. También sirve como documento de viaje electrónico -de igual forma que los pasaportes electrónicos o el anterior DNIe 2.0- y puede sustituir al certificado digital de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre como firma electrónica con validez jurídica en, al menos, la Policía, el Ayuntamiento, Hacienda o la Seguridad Social (cosa que también ofrecía el anterior sistema pero que requería de un poco habitual lector de SIM)

¿Es seguro?

El nuevo sistema promete ser más seguro y el documento se ha mejorado con un nuevo papel de seguridad. Los componentes holográficos se han renovado también, así como el tactocel, la textura del mismo. Sin embargo, pese a ser un punto clave, poco se ha dicho sobre el sistema de seguridad electrónico más allá de indicar que es NFC -lo que por cierto tampoco es decir mucho ya que se trata de un estándar de comunicación y transferencia, pero no de encriptación o cifrado de datos-.
Esto puede ser un problema porque hay que recordar que no hay ningún sistema infalible en términos de seguridad, y el NFC por sí solo no es de los formatos más seguros. El NFC usa un protocolo se seguridad básico que debería complementarse con métodos adicionales como la doble confirmación mediante contraseña o archivo de certificación de identidad en el dispositivo) para realizar determinadas operaciones, pero aún no se sabe cuáles se aplicarán en las diferentes gestiones con la administración. Es de esperar que sean proporcionales al nivel de responsabilidad de cada acción.
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Algunos hackers han indicado que los sistemas NFC son especialmente vulnerables y no en vano, el NFC ya hace tiempo que está en el punto de mira de los ciberdelicuentes debido a su amplia difusión en smartphones. Sin embargo la imagen de un ladrón robando un DNI, sin ni siquiera meter la mano en el bolsillo, es exagerada. Tal y como mostró (posiblemente sin querer Mireia Belmonte en la presentación) cada DNI tiene una clave númerica única impresa (en su caso 276224) denominada CAN’ (Card Access Number) para la confirmación de inicio de la sesión NFC. Adicionalmente existe también un código MRZ‘ (Machine Readable Zone) para la verificación por parte de lectores automáticos. En ambos casos es necesario ver físicamente ese número para poder iniciar el intercambio de datos, por lo que nadie puede leer la información de forma remota sin autorización previa.
A pesar de todo esto el Ministro del Interior Jorge Fernández ha confirmado recientemente que el DNI 3.0 sí permite identificaciones a distancia (por ejemplo por la policia). Esto significa que o bien el sistema dispone de una “puerta trasera” que no nos han contado y que permite el acceso a la información -no en vano el DNI lo han diseñado ellos y podrían haber habilitado una sistema sin clave de este tipo- o que no sabe bien de lo que habla.
Lo que si nos encontramos es con un panorama peligroso en el caso de pérdida o robo de la combinación de DNIe 3.0 y móvil a la vez, ya que sería relativamente fácil que, poseyendo ambos, cualquier individuo pueda suplantar la identidad digital y causar alguna que otro problema.

sábado, 10 de enero de 2015

Europa es cómplice del fundamentalismo islámico

No han entendido nada. Los cientos de miles de patriotas, así se llaman ellos, Patriotas Europeos Contra la Islamización de Occidente, Pegida, no han entendido nada. Los menciono porque son el último grito en Alemania donde han reunido a decenas de miles de manifestantes en un par de meses. Pero lo mismo podríamos hablar del Frente Nacional de Francia o, simplemente, de esa marea de comentarios que usted se encontrará si se asoma a cualquier foro de internet español donde se mencionen las palabras “inmigración” o “islam”.

Lamentablemente, quienes se apresuran a salir a la calle en contramanifestaciones, normalmente respaldados de boquilla por los gobiernos, para pedir respeto, tolerancia, aceptación de otras culturas, han entendido todavía mucho menos.
Sí: el islam también es el policía Ahmed Merabet que murió por defender a los dibujantes de Charlie Hebdo. Al igual que el cristianismo es el cura rojo de un arrabal de Madrid y el arzobispo de GranadaLos doce muertos de Charlie Hebdo en París ya no dejan duda: el islam es un problema en Europa. Es muy fácil, y desde luego es señal de buena voluntad, asegurar que los asesinos eran simplemente asesinos, y no tienen nada que ver con el islam, porque “el islam no es eso”. Pero de nada sirve. El islam es eso y es lo contrario.

Sí: el islam también es el policía Ahmed Merabet, que murió por defender a los dibujantes de Charlie Hebdo. Al igual que el cristianismo es el cura rojo de un arrabal de Madrid y el arzobispo de Granada. Como el judaísmo es Abraham Serfaty y aquel rabino que decretó lícita la exterminación de niños palestinos. Como cualquier religión, “el islam” no existe. El islam no es más que la suma de lo que piensan en un momento concreto de la historia quienes se reconocen musulmanes.
Y el problema que tiene Europa hoy es lo que piensan los musulmanes de este continente.
Europa es responsable
Es un problema de Europa y es la responsabilidad de Europa. Los asesinos de los periodistas (si se confirman las sospechas de la policía) son franceses. Nacidos en París. Con apellido magrebí, sí: sus padres proceden del norte de África. Pero esto no disminuye en absoluto la responsabilidad del Gobierno de Francia: estos asesinos pasaron por el sistema educativo francés.
Decir que la culpa la tienen sus padres es no sólo hipócrita (para eso se inventó la enseñanza obligatoria: para asegurarle al Estado control sobre lo que aprenden los niños) sino además es falso. La generación de magrebíes que llegó a Francia hace medio siglo no era islamista ni violenta ni lo es hoy. Hicieron lo posible por integrarse. Son sus hijos y nietos, europeos de toda la vida, quienes han hecho de un cierto islam violento su bandera. Ocurre lo mismo en Inglaterra (vean el atentado del metro de 2005: tres de los cuatro terroristas habían nacido en Reino Unido; uno era converso de Jamaica).
Esta es la responsabilidad de Europa, y no puede sustraerse a ella. Los “patriotas” de derechas están metiendo la cabeza en la arena cuando denuncian la inmigración como causa de los males: ni fueron violentos los musulmanes que llegaron a Europa hace dos generaciones, ni lo son los que llegan hoy. No existe un flujo de yihadistas de Siria, Marruecos o Iraq a Europa. Existe un flujo de yihadistas de Francia, Alemania, Inglaterra, España, Austria hacia Siria. Europa no importa terroristas islámicos: los exporta.
Pedir cerrar la puerta a la inmigración musulmana como hacen tantos “patriotas”, equivale a cerrar las ventanas de una casa para combatir el mal olor de las cañerías.
Concentración en Frankfurt en tributo a las víctimas del ataque contra 'Charlie Hebdo' (Reuters).Concentración en Frankfurt en tributo a las víctimas del ataque contra 'Charlie Hebdo' (Reuters).La metamorfosis

Y son ellos, los “patriotas” de derechas, esos que se manifiestan con una gran cruz para mostrar su oposición a la “islamización de Occidente”, ellos y sus mayores, quienes tienen la culpa que esto sea así. A los magrebíes y turcos que llegaron a Europa en los años sesenta y setenta no les faltaba voluntad de integrarse; explotados como mano de obra barata, les faltaban medios. Empezando con un punto clave: el aprendizaje del idioma. Quizás no hicieron suficiente esfuerzo. Pero no debe olvidarse que cierto racismo de la población (un racismo corriente, dirigido contra cualquier obrero de origen campesino, moreno, turco, magrebí, siciliano o andaluz) les puso un muro adicional, les cerró las puertas, les hizo entender que no eran bienvenidos.
Se replegaron. Ignorantes en todo a lo que se refiere al islam o a la cultura intelectual, literaria, de sus países de origen, criaron a sus hijos en un ambiente suspendido entre dos mundos, sin pertenecer a ninguno. Y también sus hijos se dieron cabezazos contra este muro: hasta hoy, tener un apellido magrebí en Francia hace desplomarse las oportunidades en el mercado laboral.
Se quedaron, pues, en el barrio. Viendo la televisión. Esa televisión que algún día empezó a poblarse, por obra y gracia de la parabólica, con predicadores vestidos de blanco que se dirigían a “los musulmanes”. A ti, sí: a ti. Tu vida tiene sentido ante Dios y la historia, les dijeron, si cumples las leyes divinas y garantizas que tu hermana no se pasee con hombres blancos. Que no se pasee con hombres, vaya.
Así se fue creando el gueto. Un gueto en el que se ha ido cristalizando una extraña cultura que guarda recuerdos de la gastronomía magrebí o turca, pero que se ha modelado según el ideario del islam que han difundido los telepredicadores y los imames del barrio. Estos imames que en han ido apareciendo por doquier, sin que se sepa siempre muy bien quién les paga el salario.
Saudíes en la M-30
En la Mezquita de la M-30 de Madrid lo sabemos, porque colocan orgullosos la foto del rey de Arabia Saudí en sus oficinas. En Alemania, la Diyanet, el Ministerio de Religión de Turquía, tiene bajo control gran parte de las mezquitas. Digo bien: control. Ankara envía supervisores que cambiar regularmente para impedir que se “contaminen” con ideas europeas. Y si bien el islam oficial en Turquía tiene que andar con pies de plomo, por respeto a la Constitución laica del país, en Alemania, un país que no es laico, no tiene cortapisas: puede difundir sin ambages la ideología de sus dirigentes, que los intelectuales turcos califican de “islamismo radical”. Y que los europeos siguen llamando “islam moderado”.
Europa ha fomentado de forma activa y continua, de forma criminal, las corrientes más extremistas del islam, financiados desde Arabia Saudí, Qatar, Kuwait y sus vecinos gracias a la marea del petróleoModerado en comparación con los asesinos de París, querrán decir. Porque para los europeos, todo islam que no es directamente asesino es “moderado”. Ya puede ser todo lo violento que quiera: predicar el velo obligatorio para las mujeres, a medias o integral, decir que mujeres y hombres no deben tocarse, que las niñas no deben aprender música, que ser gay es malo para la salud, que hay que prohibir toda obra literaria o humorística que cuestione lo “sagrado”, que las leyes del Corán son inmutables, divinas y deben estar por encima de la legislación de cada país...
Un predicador islamista puede decir todo esto y más y será cortejado por ministros y presidentes que harán cola para debatir con este portavoz del “islam moderado”. Muchos de estos predicadores habrían ido a la cárcel en Marruecos o Siria por su discurso de incitación al odio, pero Europa les ofreció no sólo asilo sino una tribuna, un debate, el puesto de presidente del consejo oficial de musulmanes, el título de Honorable Caballero y orden de la Reina.
Sí: Europa ha fomentado, no sé si a ciegas o a conciencia, pero de forma activa y continua, de forma criminal, las corrientes más extremistas del islam, financiados desde Arabia Saudí, Qatar, Kuwait y sus vecinos gracias a la marea del petróleo. Desde las cúpulas del gobierno hasta el último alcalde, se ha elevado a los imames, los teólogos, los predicadores al rango de representantes de los colectivos de origen magrebí, turco o pakistaní. Un rango que nunca tuvieron en sus países originales, un poder que sólo pudieron adquirir gracias a la complicidad de las administraciones europeas. Por doble vía: por elegirlos como representantes y por cerrar a estos colectivos toda otra vía de expresarse.
Un niño juega durante el rezo en la Gran Mezquita de Estrasburgo durante el Ramadán de 2013 (Reuters).Un niño juega durante el rezo en la Gran Mezquita de Estrasburgo durante el Ramadán de 2013 (Reuters).La náusea del multiculturalismo 
Cuando al periodista alemán Günter Wallraff le ofrecieron ser miembro del consejo musulmán local (gracias a su larga trayectoria de defensa de los inmigrantes turcos) aceptó con la condición de leer en la mezquita los “Versos Satánicos” de Salman Rushdie y debatir sobre los límites del arte frente a la religión. No hubo manera. Más tarde intentó que firmasen una declaración contra la lapidación de una mujer iraní. Tampoco.
Y con estos antecedentes hay quien sigue aplaudiendo que las mezquitas en España sirvan de lugar de reunión social y organicen comidas o talleres, en lugar de buscar a los inmigrantes un espacio donde pudieran reunirse lejos del control de los imanes, lejos de sus discursos excluyentes, lejos de frases tipo: "No pueden entrar las mujeres que tengan la regla".
Con estos antecedentes hay quien sigue aplaudiendo que las mezquitas en España sirvan de lugar de reunión social y organicen comidas o talleres, en lugar de buscar a los inmigrantes un espacio donde pudieran reunirse lejos del control de los imanes, lejos de sus discursos excluyentesEuropa ha islamizado, durante décadas, la sociedad inmigrante, religiosamente indiferente, que recibió. En plena complicidad con los jeques árabes y sus imperios mediáticos. Los gobiernos han envuelto su actitud en un neologismo venerado hasta la náusea: multiculturalismo. Una hermosa palabra para expresar el racismo de toda la vida. El racismo que preconiza la separación de “lo nuestro” y “lo de ellos”. Sí, también los manuales oficiales nazis decían que todas las razas tenían igual valor, sólo que no conviene mezclarlas. Hoy tenemos valores europeos, sólo aplicables a los blancos de tres generaciones, y hay valores de “ellos” que deben respetarse en “sus comunidades”.
Que más nos da que ellos fuercen a sus mujeres a taparse, qué más nos da que en sus barrios amenacen de muerte a cualquiera que venda alcohol, que más nos da que en sus familias dirimen matrimonio y divorcio según diga el imam. Son ellos, la sociedad es multicultural: respetamos el derecho de cada imam y de cada matón de barrio a oprimir a sus fieles, a castigar a sus hermanas, a imponer su machismo como vea bien. Eso se llama tolerancia. Lo de la tolerancia cero solo es cuando la violencia afecta a las mujeres nuestras.

¿Humillando a los débiles? ¿En serio?
Esto es lo que ha defendido, da vergüenza admitirlo, la izquierda europea. Una izquierda que ha enterrado su cabeza todavía mucho más profundamente en la arena que la derecha. No han aprendido: apenas ha dejado de retumbar el eco de los disparos de París cuando una legión de pensadores de izquierda se ha abalanzado sobre Charlie Hebdo para denunciar que caricaturizar a Mahoma es racista y xenófobo y se burla de los débiles.
Los débiles: como si el islam en Europa fuera la religión de los débiles. No lo es: ese islam que defienden los predicadores europeos, ese de las mezquitas de ostentación, sea la de la M-30 o sea la que pretenden construir en Colonia, de débil no tiene nada. Es la religión de varias monarquías bañadas en oro negro, países cuyos dirigentes son los dueños de Harrods y parte del resto de Londres. Países con dinero suficiente como para financiar cadenas satélite, universidades con becas para todos (a condición de convertirse al islam) y milicias cortacabezas por medio Oriente.
Seguramente también han financiado el mejor gabinete de relaciones públicas del mundo, si la izquierda europea cree que una revista satírica francesa al borde de la quiebra estaba humillando a “los débiles” cuando esta revista desafió la prohibición de dibujar a Mahoma, prohibición que no existe en el islam y de la que nunca han sabido nada los obreros magrebíes o turcos, hasta que no la proclamasen urbi et orbi los teólogos saudíes.
Imagen de una edición especial del semanario francés 'Charlie Hebdo' (Reuters).Imagen de una edición especial del semanario francés 'Charlie Hebdo' (Reuters).Tristemente, nada hace presagiar que los disparos contra Charlie Hebdo vayan a despertar las conciencias europeas. Ya en el editorial conjunto que seis diarios europeos publicaron al día siguiente, se repite tres veces la palabra “Europa” en alusión a la defensa de la libertad de expresión. Como si más allá de sus fronteras no hiciera ninguna falta defenderla: allí no la necesitan, esa libertad, allí son musulmanes de todas formas, es el mensaje.
Bajo este prisma, la derecha vociferará más que antes contra “los inmigrantes”, enarbolará más alta aún la cruz del “Occidente cristiano”, como si el Renacimiento y la Ilustración hubiesen sido posibles sin siglos de ciencia y filosofía árabes, como si Europa no fuera en su integridad un resultado de aquella civilización histórica que hoy llamamos islámica. Como si la Biblia y los mandamientos de la Iglesia fueran un ápice mejor que los del Corán.
El islam ya es wahabí
Y la izquierda probablemente desgastará sus últimos cartuchos de tinta en intentar convencerse a sí misma de que luchar contra siglos de opresión eclesiástica y contra los coletazos de la reciente dictadura nacionalcatólica es justo y necesario, pero que el islam de los saudíes es diferente, exótico, intocable, digno de todo respeto como cualquier rito de una lejana tribu caníbal. Mientras se coman entre ellos.
La izquierda probablemente desgastará sus últimos cartuchos de tinta en intentar convencerse a sí misma de que el islam de los saudíes es diferente, exótico, intocable, digno de todo respeto como cualquier rito de una lejana tribu caníbalEsa oleada de islamización saudí no sólo ha alcanzado Europa (y América) sino también a los países que llevan siglos siendo musulmanes. Ya ha practicamente conseguido reemplazar en la conciencia pública la religión que alguna vez se llamaba islam con su ideología particular, la wahabí. Tanto que he dejado de emplear el término "secta wahabí” en este texto y hablo del islam a secas: todo lo que usted ve y se llama “islámico” es ya wahabí.

Este proceso se acelera gracias a Europa: los franceses y belgas de origen marroquí son quienes llevan a Marruecos el ideario radical aprendido en sus guetos. Y fue una española, Marisol Casado, quien criticó a Turquía por no incluir chicas con velo en su vídeo de candidatura olímpica. Europa quiere que las musulmanas lleven velo. Para que se vea que son diferentes. Que no son mujeres sino musulmanas.
Europa, sus gobiernos, sus pensadores, sus demagogos, son el aliado necesario para los dirigentes de la hegemonía islamista financiada con petrodólares cuyo objetivo es convertirse en dueños absolutos de esa sexta parte del globo habitado por musulmanes, o personas forzadas por ley a considerarse musulmanes. Dueños absolutistas, por encima de las críticas, las parodias, las sátiras y las consideraciones de derechos humanos.
Esto no tiene nada que ver con una islamización de Occidente. Europa no es víctima. Es cómplice.

fuente:http://www.elconfidencial.com

El teléfono móvil es un dispositivo de vigilancia del Estado

El gurú del software libre acusa a los grandes programas de tener "puertas traseras" para controlar al usuario

Richard Stallman (Nueva York, 1953) está considerado el padre del software libre. En la década de 1980, rompió con su puesto en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Y comenzó a desarrollar programas que derivaron en el sistema operativo Linux o en las licencia Copyleft. GCiencia entrevista a este neoyorquino horas antes de que dé en Vigo una conferencia que promete agitar conciencias…
-¿Qué es lo que denomina el software privativo?
-Es  el que priva de la libertad a sus usuarios. La meta del movimiento para el software libre es la liberación del ciberespacio para todos. Si los usuarios no tienen el control del programa, es el programa el que tiene el control de los usuarios. Y el dueño controla todo el conjunto. Es una gran injusticia.
-Y también, en su opinión, un peligro…
-Un peligro porque, frecuentemente, los programas privativos tienen funcionalidades concebidas para abusar de los usuarios. Hay funcionalidades malévolas que se crean deliberadamente para hacer daño. Algunas espían, otras restringen la información y hay puertas traseras que aceptan comandos desde otros, como el dueño del programa, para hacer cosas al usuario sin pedir su permiso.
-¿En qué programas podemos encontrar este software dañino?
-Son muy comunes, se conocen bien. En Windows, en Flash Player, en Mac Os, en Angry Birds… en el Kindle de Amazon y el software de casi todos los teléfonos móviles, no sólo en los smartphones. En todos los teléfonos hay una puerta trasera universal por la cual es posible convertir el aparato remotamente en un dispositivo de escucha.
“Hay que recobrar la soberanía informática; el software privativo daña la seguridad nacional”
-¿Qué hacen los estados ante las grandes compañías?
-Generalmente, contentar a las compañías del software privativo. Cuando los estados deberían apostar por el software libre para recobrar la soberanía informática del país. Porque usar un programa privativo en el Estado es someterlo al dueño del programa. Y si se usa en asuntos críticos, perjudica la seguridad nacional. Porque el dueño tiene el poder sobre ese programa.
-Usted defiende el software libre como vital en la escuela…
-Porque todos los centros educativos deberían enseñar el software libre. Enseñar un programa privativo es implantar dependencia en el público. Esto va en contra de la misión social de la escuela.  ¿Y por qué el software privativo ofrece copias gratuitas a las escuelas? Son como traficantes de drogas que entregan la primera dosis gratuitamente. Para implantar la dependencia en la gente. Luego, tendrán que pagar. Si la escuela rechaza la droga aunque sea gratuita, debe rechazar el software privativo, aunque sea gratuito.
-Sostiene también que se pierde talento…
-Por supuesto, porque hay que educar a los mejores programadores. Hay programadores natos, con un talento especial desde los 10 a los 13 años. Se encuentran fascinados con la informática. Y, si usan un programa, quieren saber cómo funciona. Pero, si les preguntan a sus profesores, les dicen que no lo saben, que es un secreto, porque es privativo.
-El secreto está en el código fuente…
-Si ves el código fuente, lo comprenderás todo… Pero no permiten que los estudiantes lo vean. Así es más difícil que salgan buenos programadores. Y se impide a los ciudadanos aprender a distinguir qué código no es claro, qué código puede ser malicioso…
-Junto a los programas, entran en las escuelas nuevos dispositivos, como las tabletas que sustituirán a los libros…
-Y ya se ve venir que, con las tabletas y lectores de libros en las escuelas, se prohibirá a los estudiantes compartir los libros de texto digitales. Y esto es un crimen. Porque debería pagarse al autor del libro de texto por su obra y que, luego, ésta pueda ser distribuida libremente. Son obras básicas. Pero quieren que paguemos por todas y cada una de las copias, en lugar de pagar por la obra completa. Va a haber menos libertad que con cualquier libro impreso. No se podrán pasar de unos a otros.
“De las redes sociales, Twitter es menos malo; recomiendo no ser usado por Facebook”
-¿Es el software libre menos seguro?
-Al contrario. El software libre suele tener buena seguridad, aunque en ningún caso es perfecto. Pero un programa privativo tiene seguridad cero contra su dueño. El dueño tiene el poder de introducir las funcionalidades malévolas hasta las puertas traseras que someten totalmente al usuario. Y los usuarios siempre están indefensos ante el dueño del programa.
-Ponga un ejemplo en un software popular…
-Windows tiene una puerta trasera universal. Microsoft tiene el poder de introducir a distancia cualquier cambio de software en Windows sin pedir permiso al usuario, al dueño de la computadora. Microsoft colabora, además, con la NSA de EEUU [agencia de inteligencia nacional]. Cuando descubren errores en Windows que perjudican la seguridad informática informan al NSA antes de corregirlo para que puedan atacar cualquier computadora.
-¿Ha recibido presiones de la gran industria del software?
-De vez en cuando me acusan de ser comunista, y no lo soy. Es decir: mienten. Pero ataques físicos nunca he recibido. Pero hay mucho dinero en el software privativo. Y frecuentemente emplean ese dinero para comprar estados.
-Usted no usa redes sociales, ¿se puede vivir sin ellas ahora que tanta gente cifra su vida pública en ellas?
-Es absurdo ese planteamiento. Hace años, nadie usaba Facebook y no se morían por ello. Es una pregunta tonta. No usar Facebook es un acierto y es una forma de salvaguardar tu privacidad. Twitter, en cambio, no es tan malo. Es mucho mejor que Facebook. Yo recomiendo no ser usado por Facebook.
-¿Qué teléfono móvil usa usted?
Tampoco tengo un teléfono móvil. Porque es un dispositivo de vigilancia y seguimiento. No quiero decirle al Estado dónde estoy en cualquier momento…
“Amazon es un drone en sí misma: lo sabe todo y vigila a sus lectores”
-¿Y compra usted libros por Amazon?
-Nunca. Amazon hace muchas cosas malas. Por ejemplo, abusa de sus empleados de manera horrible. Ataca deliberadamente a las librerías independientes. Abusa de los autores y de los editores pequeños. Y evita impuestos. Pero lo peor es su abuso de los lectores. Porque el Swindle [“estafa”, juego de palabras con Kindle, la tableta de Amazon] engaña a los lectores. Les priva la libertad de adquirir un libro anónimamente pagando en efectivo. En Amazon no se puede. Obliga al usuario a registrarse y gestiona una base de datos sobre qué libros ha leído. El Swindle tiene funcionalidades de vigilancia. Amazon sabe todo lo que hace el usuario en Swindle…
-No desentonan, por tanto, los drones repartiendo libros…
-Para nada. Pero sus propios productos son un drone de vigilancia. Y, además, te privan de la libertad de vender tu libro ya leído a una librería de segunda mano. O de prestárselo a un amigo. Porque sólo se puede compartir una serie de veces. Y te obligan a registrarte. Es el mismo plan que el Estado español tiene para los libros de texto… Cobrar por las copias e impedir que se compartan. Es horrible la imposición de tabletas en las escuelas.
-Reconocerá que describe un mundo un tanto “orwelliano”…
-Pues le pongo un ejemplo sin salir de Amazon, que tiene una puerta trasera y borra libros. En 2009 borró miles de copias de un libro en un acto orwelliano. Y ese libro era “1984”. Kindle significa incendiar. Y en realidad ya vemos que sirve para quemar libros a distancia.
-¿Su mensaje es tecnológico o filosófico?
Filosófico, ético y político. Se trata de la ética en el uso de la tecnología digital…
-Aunque se quiera presentar como algo neutro, sin matices éticos…
-Porque la tecnología digital en sí es neutral. Pero existe en un contexto social donde hay poderes que intentan dirigir su uso según sus deseos. Las empresas y sus estados títeres no pueden ser quienes decidan sobre esa ética…

fuente: http://www.gciencia.com/industria/richard-stallman-el-movil-es-un-dispositivo-de-vigilancia/