Los cuatro partidos apoyaron el
tratado de comercio que la Comisión Europea negocia en secreto con
EE.UU.· CiU votó en contra de hacer un referéndum sobre el tema con PP,
PSOE y UPyD · Artur Mas negó en el Parlamento conocer las negociaciones a
pesar de que días antes CiU las había apoyado en el Congreso · Los
medios de comunicación catalanes y españoles han ocultado el pacto que
beneficiará a Ferrovial, ACS y al Banco de Santander.
El día que CiU, PP, PSOE y UPyD se
unieron para evitar que la ciudadanía pudiera decidir sobre su futuro
económico, ningún periódico hizo mención en su portada y la noticia
tampoco abrió ningún telediario. Pero los hechos son reales, tuvieron
lugar el 6 de mayo de 2014 y ahora os explicaremos las enormes
consecuencias que puede tener. Y cuando decimos “enormes” hablamos del
mayor ataque a la democracia que se haya vivido en Europa desde la
Segunda Guerra Mundial. Si piensas que es una exageración, lee este
texto hasta el final.
El 25 de junio de 2014
David Fernández abría el melón en el Parlamento y preguntaba a
Artur Mas sobre
algo llamado “TTIP”, un tratado de comercio que la Comisión Europea
negocia con Estados Unidos rodeada de un secretismo denunciado por
cientos de organizaciones de todo el mundo. Dirigiéndose a al
Presidente, el diputado de la CUP dijo:
- Nos gustaría abrir un debate sobre
uno de los aspectos más escondidos, silenciados y amordazados de la
coyuntura europea que es el Tratado Transatlántico de Libre Comercio
(TTIP por sus siglas en inglés) que anula la democracia (…) Desde esta
perspectiva de secuestro y ataque a la soberanía política y económica,
nos gustaría saber cuál es el posicionamiento del Presidente y por
extensión del Gobierno respecto al futuro tratado.
A lo que Artur Mas respondió:
- Señor Fernández, usted mismo decía
que muchas de las cosas que se deben de estar hablando no están al
alcance público y le tengo que decir que tampoco están al alcance de
este Gobierno …
Pero Artur Mas mentía a David Fernández
porque pocas semanas antes, en el Congreso CiU se unía a PP, PSOE y UPyD
para defender el TTIP, el tratado de libre comercio entre Europa y
EEUU. Consciente de este hecho Fernández replicó:
- Señor Presidente … la respuesta es aún más inquietante que la pregunta …
Efectivamente, es preocupante que Artur
Mas diga en el Parlamento que la información sobre el TTIP “no está al
alcance” del Gobierno cuando su partido, unos días antes se unió al PP,
al PSOE ya UPyD para impedir que se hiciera un referéndum sobre el tema,
tal como pedía el grupo de Izquierda Plural (IU, ICV y CHA). Es
preocupante que Mas diga que no tiene información cuando días antes, el
Congreso de los diputados, el representante de CiU, Jordi Xuclà, defendía el TTIP abiertamente:
- El TTIP es seguramente una de las
mejores iniciativas del presidente Obama mirando a Europa. Es un acuerdo
ganador-ganador en el fortalecimiento del libre comercio en el mundo
libre …
A su vez, en el mismo debate, el diputado de UPyD, Alvaro Anchuelo compartía con Xuclà su entusiasmo por el TTIP:
- Hay importantes sectores en los que España es competitiva y pueden mejorar sus intercambios con el TTIP.
¿A qué sectores se refiere Anchuelo? Al pequeños comercios? Los autónomos? Veámoslo:
- Podrán mejorar sus intercambios
empresas de obras públicas, infraestructuras, o transporte aéreo o
servicios financieros donde España tiene importantes multinacionales …
El representante del PSOE,
Félix Lavilla dejó clara la postura de su partido:
- Nosotros decimos “si” al TTIP. Los
socialistas tenemos una posición clara porque beneficia a nuestro país,
beneficia a la UE … Este tratado tiene un potencial enorme para crear
empleo y generar crecimiento en Europa.
Finalmente, la diputada del PP, María Miguélez, lo deja claro:
- El TTIP es una de las cosas más
importantes que comercialmente le sucederá en España. Nosotros creemos
en la capacidad de las empresas españolas que están construyendo el
metro de Lima o la nueva terminal del aeropuerto de Heathrow …
Otra vez la defensa del TTIP tiene como
beneficiarias las grandes empresas. El metro de Lima lo construyen dos
“empresas españolas”: FCC y ASC, la empresa deFlorentino Pérez.
La ampliación del aeropuerto de Heathrow la hace Ferrovial, empresa
implicada en el escándalo de financiación de CiU en el Palau de la
Música. Pero seguimos adelante con la defensa del acuerdo que hace la
diputada del PP:
- Haremos todo lo que esté en nuestra
mano para que el acuerdo se firme lo antes posible porque creemos que
es bueno para España …
Estas alabanzas del TTIP en el Congreso,
sin embargo, no son el resultado de que estos partidos quisieran
explicar a la población sus beneficios. Estas que hemos leído son las
respuestas a una moción presentada por el grupo Izquierda Plural (IU,
ICV y CHA) en la que se pedía, entre otras cosas, que la aprobación del
TTIP fuera sometida a referéndum. Ante esta petición CiU, PP, PSOE y
UPyD votaron en contra de hacer este referéndum.
La
primera pregunta que hay que hacerse ante esto es: ¿cómo es que si el
TTIP generará tanta riqueza y empleo, sus defensores llevan las
negociaciones en secreto? Y también hay que preguntarse: ¿Cómo es que
los partidos que defienden el TTIP no hacen ruedas de prensa explicando a
la ciudadanía el proyecto? ¿Cómo es que ningún partido intenta
atribuirse el mérito de su aprobación? Y por último: ¿cómo es que los
medios de comunicación no explican casi nada al respecto? Si, según dice
el PP “este acuerdo es una de las cosas más importantes que le pasará a
España” porque todo el mundo calla y sólo dan explicaciones cuando una
moción en contra los obliga a hacerlo?
Julian Assange, fundador de Wikileaks apunta
una respuesta: “Los gobiernos tienen pánico que la ciudadanía hable de
este tratado”. ¿Por qué tanto pánico? ¿Por qué tanto secretismo? Veamos
los detalles de lo que muchos consideran el mayor ataque a la democracia
europea desde la Segunda Guerra Mundial.
El TTIP (versión oficial)
Empecemos por el principio. La Comisión Europea explica
en su web que el TTIP es “un tratado de comercio que se está negociando
con los Estados Unidos (EEUU) con el objetivo de “eliminar los
obstáculos comerciales para facilitar la compraventa de bienes y
servicios entre la UE y los EEUU”. Para conseguir este objetivo el TTIP
propone eliminar la “regulación innecesaria” y las “barreras
burocráticas”. Según la Comisión Europea si se eliminan estas “reglas
innecesarias” la economía europea podrá crecer 119.000M€ cada año y
generar millones de puestos de trabajo.
Antes de continuar con el TTIP, sin
embargo, es necesario ver quién es la “Comisión Europea” que hace estas
promesas. La Comisión Europea es el equipo de gobierno de la UE y
actualmente está integrado por miembros del PP y los socialistas
europeos, que después de las elecciones, pactaron para gobernar Europa.
Haciendo un paralelismo a nivel local, la Comisión Europea es como un
gobierno de España integrado por PP-PSOE. El presidente de la Comisión
Europea es Jean Claude Juncker, del PP europeo.
Explico esto porque se tiende a ver la
Comisión Europea como un órgano neutro cuando no lo es y porque es
importante saber que quien impulsa el TTIP es un gobierno integrado por
el PP y los homólogos europeos del PSOE.
Ahora
sí, volvamos al TTIP. La Comisión Europa propone “eliminar la
regulación innecesaria”. Pero a qué “regulaciones innecesarias” se
refiere? Normalmente pone el siguiente ejemplo: “Un coche fabricado en
la UE tiene que pasar los controles de seguridad de la UE. Pero aunque
la UE haya dado por bueno, el coche tendrá que volver a pasar controles
de seguridad en los EE.UU., a pesar de que la normativa de seguridad es
similar”, lo que encarece el producto. La propuesta de un mismo
procedimiento sirva para EEUU y para la UE tiene mucho sentido. Pero el
TTIP va mucho más allá de la seguridad de los coches y se extiende a
toda la regulación: alimentos, medio ambiente, productos químicos y todo
lo que aprueban los parlamentos toda Europa.
Entonces con el TTIP una prohibición contra el fracking aprobada
por el Parlamento de Cataluña podría ser calificada como una “barrera
burocrática” y ser abolida? Un salario mínimo podría ser considerado una
“regla innecesaria” que podría ser obviada? Los contrarios al TTIP
creen que sí y hablan abiertamente de “ataque a la democracia”. Pero
hasta qué punto está justificada esta apreciación? Veámoslo.
¿Quién está detrás el nacimiento del TTIP?
La organización Corporate Europe –dedicada
al estudio de las interacciones entre empresas y parlamentarios
europeos– bautizó el TTIP como “la constitución de las multinacionales”.
Si miramos quienes son sus “padres fundadores” esta definición no es
descabellada.
Uno de los primeros rastros del TTIP lo
encontramos en 1995 en Sevilla cuando se celebró una reunión bajo el
título “Diálogos Empresariales Transatlánticos”. La reunión estaba
convocada por el Secretario de Comercio estadounidense y el
vicepresidente de la Comisión Europea. Entre los invitados a estos
“diálogos” estaban los representantes de Goldman Sachs, BP, Ford, Xerox,
Phillips, Repsol y el fabricante de armamento Dresser Industries. El
objetivo de la reunión era “posibilitar que los líderes empresariales de
ambos lados del Atlántico identifiquen las claves sobre el comercio
entre Europa y EEUU” y “indicar los pasos que se deberían seguir para
reducir el costo de hacer negocios “. Es decir: los empresarios se
reunieron para decirle a la UE ya los EE.UU. lo que tenían que hacer en
materia comercial.
Desde
entonces los “líderes empresariales” no han dejado de presionar a los
gobiernos de EEUU y la UE para “indicar los pasos” y luchar contra las
“reglas innecesarias”. Después de años y millones de euros invertidos
en
lobby, en 2011
Barack Obama,
Angela Merkel y el entonces presidente de la Comisión Europa,
Durao Barroso,
crean un ente llamado “Grupo de Alto Nivel sobre Empleo y Crecimiento”.
El objetivo de este grupo es “examinar a fondo las oportunidades” de
hacer un tratado de comercio entre EEUU y la UE. Finalmente, en febrero
de 2013, este “grupo de alto nivel” recomienda a la UE y EEUU iniciaron
las negociaciones del TTIP.
Cómo se negocia el TTIP?
Tanto EEUU como la UE han designado un
representante suyo para llevar las negociaciones. El “negociador jefe”
en nombre de los EE.UU. es Daniel Mullaney y el de la UE es Ignacio García Bercero.
Las negociaciones sobre el TTIP se realizan, como veremos, en decenas
de reuniones en ambos lados del Atlántico, pero la parte más visible de
estas negociaciones son las “rondas de negociación”. La primera “ronda”
tuvo lugar en Washington el 7 de julio de 2013 y hasta el día de hoy se
han celebrado 7 rondas, la última el 3 de octubre en Maryland (EE.UU.).
¿Quién participa en estas “Rondas de negociación”?
Una de las primeras reacciones de
diversos sectores de la sociedad -tanto en la UE como en EEUU- fue poner
el foco en la opacidad con la que se empezaron a llevar a cabo las
“negociaciones” y las “rondas”.
En Europa uno de los primeros que pidió
información concreta fue Corporate Europe Observatory quien a finales de
2013 pidió a la Comisión Europea la lista de los participantes en las
conversaciones preparatorias de las negociaciones del TTIP.
Tras varias negativas la Comisión
Europea se vio obligada a dar una lista con las 130 reuniones que habían
tenido lugar hasta el momento. Según la información de la propia
Comisión Europea, de las 130 encuentros, 119 (un 93%) fueron entre
miembros de los gobiernos y grandes multinacionales: Morgan Stanley,
General Motors, British Telecom, Met Life, Ford, Nokia o la British
Bankers Association , entre otras.
Las negociaciones del TTIP también
incluyen varios “grupos asesores”. Según Corporate Europe estos “grupos
asesores” están “dominados por la industria”. Un hecho que reconocen los
mismos grupos industriales, que se han mostrado satisfechos que los
“grupos asesores” hayan adoptado “una perspectiva empresarial” y que
“hablen un lenguaje empresarial”. En el otro costa del Atlántico las
cosas son similares. Según el observatorio Public Citizen, que
lleva 40 años trabajando en el Congreso de EE.UU., el 84% de los
“asesores” en las negociaciones del TTIP en EEUU representan a la gran
industria, donde encontramos la farmacéutica Abbot, el gigante
agroalimentario Cargill o los fondos de inversión Capital Partners.
30 años de opacidad
Cuando Corporate Europe hizo pública la
lista donde se veía que los participantes en las negociaciones eran
básicamente grandes grupos multinacionales, los negociadores de EEUU se
pusieron nerviosos y pidieron explicaciones a la parte europea sobre la
“confidencialidad” de las negociaciones. Para tranquilizarlos el
negociador europeo, García Bercero, envió una carta a su homólogo
norteamericano Daniel Mullany. En la carta, con fecha de 5 de julio de
2014, Bercero informaba a los norteamericanos que “todos los documentos
relacionados con las negociaciones estarían cerrados al público durante
30 años”. Esto incluye, incluso, a los diputados del Parlamento Europeo
ya que, según Bercero, los documentos sobre las negociaciones del TTIP
quedarían fuera de la Regla 1049/2001 que establece que todos los
documentos de las instituciones europeas deben ser públicos. Todos
excepto los del TTIP, porque tendremos que esperar 30 años …
¿Pero es bueno para la nuestra economía?
Pero quién puede preocuparse de la opacidad cuando estamos ante un boom económico
que generará millones de puestos de trabajo? Según la Comisión Europea
(recordemos, gobernada por los homólogos europeos de PP y PSOE) el TTIP
generará “unos ingresos extra de 545€ por hogar” en toda Europa y más de
un millón de puestos de trabajo, con un incremento anual del PBI de un
0,5%. Estas cifras están contenidas en un estudio realizado por la
Comisión Europea que tenía como objetivo “aportar información sobre la
conveniencia de abrir las negociaciones sobre el TTIP”.
Pero este informe no convence a todos. Por un lado, y con respecto al hipotético beneficio de 545€ por hogar, el economista Dean Baker, del Centro para la Investigación en Política y Economía, publicaba en el diario The Guardian:
“que en realidad no se podía esperar más de 50€ al año por hogar”… Y
eso teniendo en cuenta que los beneficios se repartan de manera
homogénea: beneficiará el TTIP por igual a un empleado de un McDonalds
que a un ejecutivo de la banca de inversión? Baker lo duda.
Por su parte, el profesor de la Universidad de Manchester y experto en tratados de comercio, Clive George,
pone en cuestión estos datos: “En primer lugar, estas previsiones
responden al escenario más optimista de los tres que recoge el
documento. En segundo lugar se obvia que, de confirmarse, estos
resultados tardarán 10 años en ser operativos, según reconoce el mismo
informe”. Así, el incremento quedaría “no en un 0,5% sino en un 0,05%
anual repartido en 10 años en el mejor de los casos”.
Pero si las ganancias esperadas son tan
escasos, qué interés tienen los impulsores del TTIP? Según Clive George
la ganancia está en la desregulación que permitirá que las empresas
privadas se hagan con los servicios públicos europeos. Así lo explica Michael Hudson,
de la Universidad de Missouri: “La UE y EEUU se encuentran inmersos en
un escenario post-burbuja en el que ya no pueden ganar dinero prestando
dinero” y por ello “han elegido convertirse en rentistas neo -feudals
con la intención de comprar carreteras para poner peajes”, un ejemplo
que se hace extensivo a todo el sistema público europeo, incluyendo
“escuelas, cárceles y hospitales”.
En este sentido un artículo del diario británico The Independent advertía
que con el TTIP “los servicios públicos están en primera línea de fuego
ya que uno de los principales intereses del TTIP es permitir a las
empresas de EE.UU. hacerse con los servicios públicos europeos”. Una
amenaza bastante real como para que el gobierno escocés, presidido por Alex Salmond,
haya exigido al gobierno de Londres que “proteja el sistema público de
salud de la amenaza del TTIP” ante la amenaza que “gran compañías
sanitarias de EEUU se hagan con el servicio público de salud “.
La propaganda del TTIP
Como hemos visto antes, el TTIP está en
fase de negociación y las disputas a su alrededor parecen de carácter
estrictamente ideológico. Así, por un lado tenemos una coalición PP-PSOE
a la europea que augura un boom económico y por otro, un creciente
número de opiniones que advierten de los peligros del TTIP.
Ante este escenario, puede ser útil ver
los resultados que han dado otros tratados similares, como por ejemplo
el NAFTA, el tratado del libre comercio entre Canadá, EEUU y México, en
el que se inspira el TTIP.
Las promesas del NAFTA
El NAFTA se aprobó en 1994 y fue
presentado a los habitantes de los países participantes como una
“oportunidad histórica”. Veinte años después, sin embargo, la realidad
es muy diferente a lo que se prometió.
En un estudio publicado por el Center
for Economic and Policy Research (CEPR) con sede en Washington, el
impacto del NAFTA en México es indiscutiblemente negativo. El
subdirector del CEPR y profesor de economía de la Universidad de
Michigan, Mark Weisbrot fue claro: “el tratado fue un terrible error considerando cualquier indicador económico y social”
En EEUU el impacto del NAFTA tampoco es muy alentador. Con motivo del 20 aniversario del NAFTA el influyente diario digital The Huffington Post titualava:
“La economía de EEUU ha perdido 700.000 puestos de trabajo a causa del
NAFTA”. En este sentido el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz escribía en The New York Times en
2006 una columna titulada “Promesas incumplidas” donde analizaba el
impacto del NAFTA: “Libre comercio no implica crecimiento”. E iba más
allá: “El NAFTA no ha cumplido las fervientes expectativas de sus
defensores”. Según Noam Chomsky, del Massachusetts Institute of
Tecnology “el NAFTA ha profundizado en las desigualdades y ha sido un
mecanismo para transferir una enorme cantidad de riqueza desde las
clases bajas y medias hacia las cuentas bancarias del 1%”. Según
Stiglitz esto obedece a que “el NAFTA ocultaba una serie de nuevos
derechos para las empresas, que debilitan la democracia en toda América
del Norte”. Si, habéis leído bien: “una serie de nuevos derechos para
las empresas, que debilitan la democracia en toda América del Norte”.
El fin de la democracia
La afirmación de Stiglitz se materializa
en una cláusula del TTIP llamada ISDS (las iniciales de Investor-State
Dispute Settlement), un instrumento que permite que las multinacionales
pongan demandas contra las decisiones de los estados. Según la Comisión
Europea el objetivo de la ISDS es “encontrar un equilibrio entre el
derecho de los Estados a regular y la necesidad de proteger a los
inversores”. La idea es que si un inversor considera que una ley de un
parlamento democrático perjudica sus intereses, pueda recurrir a una
instancia superior que haga de mediador entre el estado y el inversor.
Pero para ello no existen los sistemas
legales de cada país? La Comisión Europea lo vuelve a dejar claro: “El
hecho de que un país cuente con un sistema jurídico sólido no siempre
garantiza que los inversores extranjeros estén protegidos adecuadamente”
y por eso el ISDS “garantiza a los inversores un foro al que acudir
cuando quieran reclamar una indemnización”. Se puede decir más claro?
Si, Markus Beyries lo hizo.
Markus Beyries es director de European Bussines, una federación de patronales europeas donde encontramos la CEOE y a las ceoes de
cada estado europeo. Beyries alabó el TTIP diciendo que “las
diferencias regulatorias deben ser eliminadas”, haciendo referencia a
las “reglas innecesarias” de las que hablaba la Comisión Europea. Pero
Beyries va más allá y completa su frase: “debemos prevenir que surjan
regulaciones nuevas”.
Esta frase de Beyries implica un salto
cualitativo. Ya no estamos hablando de modificar “regulación
innecesaria” para “evitar la burocracia”. De lo que estamos hablando es
de impedir que los parlamentos democráticos hagan nuevas leyes. Y el
ISDS es la herramienta que permite al TTIP acabar con la democracia.
El ISDS ya está en funcionamiento en
otros tratados de comercio que ya están en vigor y que están siendo
utilizados contra las decisiones de los parlamentos democráticos. Vemos 3
ejemplos recogidos por el investigador John Hilary:
1) La compañía energética sueca
Vattenfall reclama al gobierno alemán 3.700 millones de euros por su
decisión de abandonar gradualmente la producción de energía nuclear a
raíz del desastre de Fukushima.
2) En uno de los múltiples casos
de ISDS presentados contra Canadá después de la entrada en vigor del
NAFTA, este país fue obligado a revocar su prohibición sobre el aditivo
para combustible MMT bajo presiones de la compañía estadounidense Ethyl .
3) La tabacalera estadounidense
Philip Morris reclama al gobierno australiano miles de millones de
dólares como indemnización por tomar una medida política en materia de
salud pública que obliga a vender los cigarrillos en paquetes sin
publicidad.
Como se puede ver, no estamos hablando
de pequeños países del tercer mundo. Estamos hablando de que las grandes
multinacionales detienen la acción de los parlamentos de grandes y
supuestamente poderosos países. Pero gracias al ISDS estos parlamentos
quedan supeditados a este tipo de “justicia para multinacionales”, con
tribunales estrechamente ligados a estas mismas multinacionales y donde,
curiosamente, los estado no pueden demandar las multinacionales.
¿Qué podemos hacer?
En 1993, pocos días antes de la firma
del tract NAFTA Noam Chomsky escribió: “Los tratados de libre comercio
anulan los derechos de los trabajadores, de los consumidores y de las
futuras generaciones (…) reduciendo la democracia a sus formas más
vacías para que la voluntad de los dueños se pueda llevar a cabo sin
ninguna interferencia “.
El pasado 17 de marzo de 2014, Susan George comenzó
su conferencia sobre el TTIP en Bilbao diciendo: “Hoy os daré muchas
noticias malas, pero empezaré con una buena: ganaremos esta batalla y
para ello debemos usar el estrategia del vampiro: sacar a la luz estas
negociaciones para matar a su plan “.
La buena noticia es que la presión
popular puede detener el TTIP. La presión popular está haciendo que
gobiernos de varios países europeos empiecen a ver peligrar sus
expectativas electorales debido a su apoyo al TTIP. Como hemos visto
antes, las negociaciones del TTIP están llevando a cabo de espaldas al
Parlamento Europeo y la Comisión ha negado incluso que este parlamento
pueda tener capacidad de intervención en las negociaciones. Así la
votación sobre el TTIP el Parlamento Europeo no será debatida sino que
los grupos sólo podrán elegir entre votar a favor o en contra. No se
podrán hacer enmiendas ni se podrán debatir puntos concretos.
Actualmente el Parlamento Europeo está dominado por el PP Europeo y por
los socialistas europeos pero como decimos, las presiones domésticas
podrían hacer que la unidad a favor del TTIP se rompiera ya que el
Parlamento Europeo no hay “disciplina de voto”. Otra brecha que se abre
para detener la aprobación del TTIP es que uno de los estado de la UE
se niegue a aprobarlo, lo que provocaría su paralización. En todos estos
escenarios, la movilización ciudadana, la presión política y la toma de
conciencia sobre lo que significa el TTIP serán herramientas
imprescindibles. En la columna de la izquierda os facilitamos las
fuentes utilizadas en la elaboración de este trabajo así como un listado
de organizaciones implicadas en esta lucha. Esperamos que os sea útil.
Pocas horas antes de cerrar la presente edición saltaba la noticia: el presidente de la Comisión Europea,Jean Claude Juncker -del
PP europeo- firmó un pacto secreto con 340 multinacionales con el
objetivo de que estas pagaran sólo un 2% de impuestos. Juncker,
ferviente defensor del TTIP, se enfrenta ahora a una grave crisis que
podría afectar su presidencia y a las mismas negociaciones del tratado
europeo.
La noticia saltaba este viernes 7 de noviembre después de que el Consorcio Internacional de Periodistasfiltrara
más de 28.000 documentos que demuestran que Juncker, en su etapa como
primer ministro de Luxemburgo, firmó acuerdos secretos para permitir
eludir millones de euros en impuestos. Entre las empresas implicadas
encontramos a Apple, Amazon, Ikea, Burberry, el Deutsche Bank y Pepsi.
En total 340 empresas.
El diario digital el diario.es explica que “la investigación, llamada Luxembourg Leaks o LuxLeaks y
en la que participaron periodistas de 26 países, ha tenido acceso a
28.000 páginas de documentos que demuestran cómo las grandes empresas”
se apoyaban en Luxemburgo y en las sus leyes fiscales flexibles, pero
también en las deficiencias de la reglamentación internacional para
transferir “a este país” sus beneficios a fin de que no fueran objeto de
impuestos, o al menos muy débilmente”, es decir, con tipos inferiores a
la 1%, según publica el diario francés Le Monde, que participa en la iniciativa junto al británico The Guardian, el alemánSüddeutsche Zeitung, el japonés Ashahi Shimbun o el español El Confidencial.
Los acuerdos contaron con la
colaboración de PricewaterhouseCoopers (PwC), una de las ‘Big Four’
(cuatro firmas de auditoría y consultoría del mundo), que diseñaba
complejas estrategias financieras que comprendían préstamos de las
matrices luxemburguesas a las filiales de otros países y otras
estructuras para transferir beneficios de una parte de la empresa a otra
para reducir o suprimir totalmente los ingresos sujetos al pago de
impuestos.
En clave catalana, hay que recordar que
PwC es la misma empresa que está asesorando al Gobierno de la
Generalitat para sacar adelante el proyecto Visc+ con el que se pretende
vender datos de los historiales médicos de los usuarios de la sanidad
pública a empresas privadas.
El escándalo, que está haciendo temblar a la política europea, ha sido portada en periódicos de todo el mundo. En España, ni El País, ni El Mundo, ni el ABC lo llevaban en portada. Los diarios económicos El Economista y Expansión dedicaban
este viernes su portada a las preocupaciones de las agencias de rating
raíz del ascenso de Podemos pero se dejan el ‘Caso Juncker’.
3 puntos básicos y una advertencia final · Per Àngels M. Castells (Economista)
1) Someter la política a la
economía privada, destruye también la posibilidad de que la sociedad se
dote de servicios públicos y de políticas más igualitarias. Las grandes
multinacionales que dictan los tratados a los estados no están ni por la
igualdad de oportunidades ni por una redistribución de la renta más
equitativa, sino por mercantilizar los bienes y servicios más básicos,
privando el acceso a los mismos a una parte cada vez más grande de la
ciudadanía.
2) Los Tratados abarcan lo
fundamental de nuestras actividades y necesidades: empleo, transporte,
comunicación, datos incluso de nuestras historias clínicas, servicios
legales, subvenciones, educación, salud, residuos, agua, distribución de
energía y comercio digital , y puede también implicar una mayor
desregulación de unos mercados financieros descontrolados y
hipertróficos.
3) Pretenden marcar el no retorno
del control ciudadano y la política sobre sectores fundamentales para
el desarrollo humano, impidiendo una sociedad con una democracia real.
En este sentido, el TISA contiene cláusulas que vetan la posibilidad de
recuperar o regular de nuevo un sector que ya haya sido liberalizado.
Alerta!
La democracia está en peligro porque con
estos tratados la ciudadanía ya no puede decidir nada realmente
importante y, mucho menos, la regulación de los grandes poderes
económicos. No sólo la posibilidad de hacer políticas de corte
socialdemócrata se convierte en un imposible, sino que la aceleración de
las desigualdades entra en una dinámica suicida … tal y como ya está
sucediendo. Porque mientras se negocian los tratados ya los están
imponiendo y han comenzado a ser una cruda, difícil y autoritaria
realidad. Su germinación en nuestra sociedad, a costa de nuestros
servicios públicos, nuestros derechos y nuestras condiciones laborales,
ya está costando desarraigo, precariedad, violencia, salud y vidas
humanas.
Hay que ponerse de pie y luchar. Por nuestra democracia y para nuestra salud.
fuente:http://iniciativadebate.org/2014/11/15/pp-psoe-upyd-y-ciu-unidos-a-favor-de-un-tratado-negociado-en-secreto-entre-la-ue-y-ee-uu/