Documental que sigue a 80 personas que se presentan voluntarias para
participar en el piloto de un nuevo concurso de televisión y que, sin
saberlo, están participando en un experimento similar a los que Stanley
Milgram realizó en Yale en los años sesenta para estudiar el impacto de
la autoridad en la obediencia de la población. Con ellos, Milgram
pretendía encontrar una explicación al sometimiento de la sociedad civil
alemana bajo el mandato de Adolf Hitler.
En este concurso, una
glamurosa presentadora ordena a los concursantes que realicen descargas
eléctricas a sus compañeros de juego cada vez que éstos fallen las
preguntas de un cuestionario. El concurso comienza y, mientras tanto, un
grupo de psicólogos analiza los inquietantes resultados.
Aunque
el concurso es una farsa y las descargas eléctricas no son reales, ni el
público en el plató ni los participantes lo saben. Parte del juego les
obliga a convertirse en torturadores, realizando descargas eléctricas
hasta niveles casi letales. El concurso avanza, la presión del público y
de la presentadora es fuerte .¿ Realizarán descargas eléctricas los
concursantes?, ¿hasta qué extremo serán capaces de llegar? ¿Qué
estaríamos dispuestos a hacer si una figura de autoridad nos lo
ordenara?
Este controvertido documental generó titulares de
prensa por todo el mundo tras su reciente estreno en la televisión
francesa. El experimento que muestra El juego de la muerte es una
llamada de atención sobre la obediencia ciega a la autoridad y el poder
de manipulación de la televisión..
La información está derribando los muros de las oligarquías
empresariales, y permite conocer las consecuencias de los transgénicos
para la salud y el medioambiente. La decisión de la UE de prohibir los
transgénicos, viene precedida de masivas movilizaciones en México,
Argentina, Chile o Puerto Rico, protagonizadas por una ciudadanía
organizada e informada que denuncia un abuso que atenta directamente
contra la soberanía alimentaria.
Agricultores, plataformas ciudadanas y organizaciones de la sociedad civil celebraron hace unas semanas la decisión de Monsanto
de retirar las solicitudes de comercialización en la Unión Europea de
sus semillas genéticamente modificadas. Tras enfrentarse a sus protestas
y a interminables trabas burocráticas, la multinacional líder en
producción de Organismos Genéticamente Modificados (OGM)
se encontró también con la oposición de la Comisión Europea, recelosa
ante los riesgos que esta práctica puede suponer para la salud y el
medioambiente. Y es que muchas de las semillas que Monsanto planeaba
exportar tienen modificaciones genéticas que les permiten resistir a los
herbicidas convencionales. Su cultivo conlleva un uso de herbicidas
mayor y más potentes, que a menudo también son comercializados por la
propia multinacional. Además, las semillas transgénicas no permiten su
reproducción y se han de adquirir nuevas antes de cada cosecha, lo que
supone un enorme gasto que no termina de convencer a los agricultores, a
pesar de su delicada situación.
Lo cierto es que los transgénicos
nunca han arraigado en Europa. En los últimos años, Hungría ha
destruido campos de maíz genéticamente modificado, Grecia o Alemania han
prohibido estos cultivos y Francia ha vetado el uso de cualquier
semilla modificada. Se calcula que en el mundo hay 170 millones de
hectáreas plantadas de OGM
y que apenas 100.000 se encuentran en Europa. La mayoría de ellos se
encuentra en España, el único país de la Unión Europea (UE), según
Greenpeace, que cultiva transgénicos a gran escala, con el 90% del maíz
modificado.
Monsanto,
que entró en España en 1970, ha conseguido renovar la exportación del
maíz Mon810, a pesar de la decisión de la Comisión Europea. La laxitud
de la legislación española, la falta de un plan agrícola claro y el
apoyo ciego del Gobierno demuestran la estrecha relación entre el país y
la poderosa multinacional. Blanca Ruibal, responsable de agricultura de la ONG Amigos de la Tierra, advierte de que el 67% de los experimentos con transgénicos
que se realizan al aire libre en Europa tienen lugar en España: “Existe
una gran opacidad en torno a estas prácticas. Nunca se sabe dónde están
ubicados los cultivos experimentales, a pesar de que hay una sentencia
del Tribunal Europeo de Justicia que obliga a los gobiernos a comunicar
dónde se encuentran. En España se oculta la información”.
Cuando Monsanto
u otras empresas solicitan realizar experimentos al aire libre para
probar sus productos, la mayoría de los países europeos se niegan.
España no, lo que le ha convertido en un laboratorio perfecto. Tal es la
docilidad del estado español que Estados Unidos le presionaba y
utilizaba para que favoreciese en Bruselas la introducción de los transgénicos, como desvelan unos cables diplomáticos revelados por Wikileaks.
Una de las tesis más esgrimidas por las compañías que comercializan con OGM es que su uso puede contribuir a combatir la escasez de alimentos en el planeta. El multimillonario fundador de Microsoft y accionista de Monsanto, Bill Gates, llegó a afirmar que los cultivos transgénicos son la solución para acabar con el hambre en el mundo.
Un argumento que no se sostiene cuando vemos que la mayor parte de los OGM
que se comercializan no se destinan a la alimentación, sino a la
producción de piensos para animales. En Argentina, principal productora
de soja del mundo, más del 90% de la producción es transgénica,
repartida en más de 19 millones de hectáreas de monocultivo que antes se
dedicaban al ganado, a verduras y hortalizas. Miles de campesinos empobrecidos que antes vivían de labrar la tierra han emigrado con sus familias desde que Monsanto se estableció allí.
Lo mismo sucedió en la India con el algodón, o en Kenia, donde una
variedad de boniato transgénico introducido por Monsanto resultó ser
menos productivo que el boniato convencional.
La información está derribando los muros de las oligarquías
empresariales, y permite conocer las consecuencias de los transgénicos
para la salud y el medioambiente. La decisión de la UE viene precedida
de masivas movilizaciones en México, Argentina, Chile o Puerto Rico
protagonizadas por una ciudadanía organizada e informada que denuncia un
abuso que atenta directamente contra la soberanía alimentaria, una línea roja que nunca debiera haberse sobrepasado en favor de beneficios económicos privados.
"Esclavos
de Amazon", reportaje muy revelador de la televisión alemana con
subtítulos en castellano sobre la salvaje explotación que a menudo se
esconde tras las engañosas ofertas de trabajo para españoles y otros
inmigrantes en compañías como Amazon en Alemania.
Mientras mayor sea el precio del petróleo, mayor es la demanda de
dólares y más beneficios recibe el cártel bancario de Estados Unidos
amparado en la Reserva Federal.
Dos años después del quiebre del Sistema de Bretton Woods, el 15 de agosto de 1971, Estados Unidos conseguía un sistema más favorable para la mantención de su hegemonía económica: el acuerdo con Arabia Saudita de negociar cada barril de petróleo en dólares de la Reserva Federal.
El billete verde era aceptado mundialmente desde antes de la segunda
guerra mundial, pero el acuerdo de Bretton Woods lo dejó anclado al
patrón oro al establecer una tasa de cambio de 35 dólares la onza. En
1944, y a diferencia de la destruída Europa, Estados Unidos era una país
poderoso y con toda su infraestructura económica intacta.
Y pese a que John Maynard Keynes buscaba crear una divisa para el
comercio mundial independiente a la moneda de los países, primó la tesis
de Harry Dexter White de dejar al dólar como divisa universal. Esto dio
grandes beneficios a Estados Unidos dado que el resto del mundo tenía que cambiar su moneda por dólares para acceder al comercio internacional, incurriendo con ello en costes financieros que para Estados Unidos eran inexistentes.
Sin
embargo, los gastos desmedidos de la guerra de Vietnam llevaron a
Estados Unidos a perder una importante cantidad de sus reservas en oro y
antes que se declarara la quiebra del país, Richard Nixon decidió terminar
con la convertibilidad del dolar en oro y convirtió al billete verde en
una moneda fiduciaria universal emitida y aceptada por decreto.
Esto permitió a Estados Unidos imprimir grandes cantidades de dinero y
endeudarse con todo el mundo, especialmente Europa y Asia. Dado que
ahora no existía el mecanismo de ajuste de cuentas que obligaba el
patrón oro, los desequilibrios comerciales comenzaron a hacerse más
ostensibles y Estados Unidos pasó a acumular cuantiosos déficit mientras
el resto del mundo acumulaba enormes superávit.
Por eso el nacimiento de los
petrólares, en 1973, supuso un gran respiro para Estados Unidos dado que
la Reserva Federal debería imprimir una gran cantidad de billetes para
facilitar las transacciones de petróleo en todos los rincones del
planeta. El acuerdo entre Estados Unidos y Arabia Saudita obligaba a
cualquier país que quisiera comprar petróleo a cambiar primero su moneda
nacional por dólares de Estados Unidos. A cambio de este compromiso en
el cual Arabia Saudita vendería su petróleo exclusivamente en dólares de
Estados Unidos, Estados Unidos ofreció armas y la protección militar de
todos los campos petroleros sauditas.
Tras la creación de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), el resto de los países petroleros acordaron la comercialización exclusiva del petróleo en dólares de Estados Unidos,
a cambio de armas y protección militar. Este sistema de petróleo por
dólares generó una gran demanda artificial de dólares en todo el mundo, y
a medida que la demanda de petroleo aumentaba también lo hacía la
demanda de dólares. Estados Unidos recibió el beneficio de ser el dueño
exclusivo de este nuevo patrón monetario y ello le permitió ejercer un
gran dominio sobre la economía mundial: las transacciones de petróleo
representan casi el 10 por ciento del PIB mundial.
Actualmente se demandan 90 millones de
barriles de petróleo al día y a un precio de 100 dólares el barril son 9
mil millones de dólares diarios que con los diferentes procesos de
refinamiento y producción llegan a los 18 mil millones de dólares, es
decir 6,5 billones de dólares anuales. En esta dinámica ¿puede interesar
a Estados Unidos un petróleo barato?. Una prueba lo da el hecho de que
antes de la invasión a Irak hace diez años, el petróleo rondaba los
20-25 dólares el barril. Desde entonces ha quintuplicado y sextuplicado
su precio. Esto es muy conveniente para Estados Unidos dado que mientras
mayor sea el precio del petróleo, mayor es la demanda de dólares y mas
beneficios recibe el cártel bancario de Estados Unidos amparado en la
Reserva Federal.
Las guerras por el petróleo
Un hecho que tiende a olvidarse en
forma frecuente es que en los prolegómenos de la moneda única, Saddam
Hussein quería negociar con Europa el petróleo de Irak en euros.
El 24 de septiembre de 2000, el gobierno de Saddam Hussein señaló que
Irak comenzaba la transición de sus exportaciones de petróleo a la
moneda del euro y se comprometió apromover el euro como una moneda de competencia al dólar. En esta nota de laRevista Time de
noviembre de 2000, a Saddam Hussein no le importa que el euro se esté
devaluando frente al dólar, simplemente no quiere aceptar más dólares
por el petróleo dado que no quiere tratar “con la moneda del enemigo”.
Saddam estaba resentido con Estados Unidos por la primera guerra del
golfo pérsico de 1990. Esta guerra ideada por la administración de
George Bush padre, fue la primera guerra de los petrodólares.
Luego vendrían muchas más guerras por el petróleo y hay una que está en
pleno desarrollo con la crisis de Siria. Cada guerra despliega las más
recientes innovaciones de la industria de armamentos y hay que dar uso a
estos productos para justificar su enorme presupuesto.
La estrategia económica y geopolítica
de los petrodólares ha sido una de las argucias más brillantes de la
historia económica reciente, que ha permitido dar a Estados Unidos el
predominio absoluto de la economía mundial. Los 6,5 billones de dólares que se mueven anualmente por el petróleo representan
el 10% del PIB mundial y el 40% del PIB de Estados Unidos. Cada vez que
algún país petrolero manifiesta su intención de salirse del sistema
petrodólar (como Iran, Siria o Venezuela) pasa a formar parte del
llamado eje del mal, y el ejército de Estados
Unidos (hoy a cargo de empresas privadas) se encarga de reinstaurar el
orden por la vía de la fuerza. Hasta los países europeos reciben un
tirón de orejas cuando buscan negociar en euros y no en dólares (ver aquí).
¿Hasta cuando podrá seguir Estados Unidos gozando de la hegemonía que
le otorgan los petrodólares? ¿Qué tiene que ocurrir para que el sistema
del petrodólar se desvanezca tal como lo hizo el sistema de Bretton
Woods?
En los últimos años varios países han
manifestado su intención de utilizar sus propias monedas para el
intercambio de petróleo como India, China y Rusia. A medida que otros
países busquen alejarse del sistema de petrodólares y hagan realidad la
idea de Saddam Hussein de transar el principal recurso energético en
monedas alternativas, el dolar proseguirá su lento pero persistente
declive. Por ello se esperan fuertes presiones inflacionarias en el
petróleo y también numerosas tensiones bélicas en torno a los países
petroleros patrocinadas por Estados Unidos. Si el sistema de Bretton
Woods de 1944 implicó generar una alta demanda de dólares de Estados
Unidos para acceder al comercio, el sistema de los petrodólares
instaurado tres décadas más tarde aseguró por si mismo la demanda de
dólares con el recurso más estratégico de todos. A 40 años de su
instauración el sistema de los petrodólares acusa fatiga crónica y nadie
puede asegurar que Estados Unidos siga siendo la democracia responsable
que prometía ser al fin de la segunda guerra mundial. La historia se ha
encargado de demostrar que ningún sistema es eterno, y el posible
colapso del sistema petróleo-por-dolares tiene muy nerviosas a sus
autoridades.
Estados Unidos presiona al BCE para que suprima las transacciones en euros con Irán
Estados Unidos ha comenzado una fuerte presión sobre el Banco Central Europeo para que éste elimine sus relaciones financieras con Irán.
El Congreso de ese país está elaborando severas sanciones para los
países que negocien con Irán, y este es uno de los pocos temas que
cuentan con el apoyo mayoritario de demócratas y republicanos. Esto
ayuda a entender el triunfo de la película Argo
en la entrega de los Oscar de anoche, una película que relata el
rescate de los funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Teherán
tras la llegada al poder del Ayatollah Jomeini en 1979, y la huida del
Sha Mohamed Reza Palevi, aliado de Estados Unidos.
Es interesante apreciar como la hegemonía de Estados Unidos busca
imponer a toda costa una represalia con los países que abandonan el uso
de los petrodólares y buscan una vía de soberanía monetaria. Los
petrodólares se remontan a 1973 con la primera gran crisis del petróleo
que revivió los temores de la crisis de 1929. Ante la caída de la
producción, del consumo y de la inversión sufrida tras el colapso del
sistema de Bretón Woods, Estados Unidos asumió el compromiso con los
países árabes de que el petróleo se pagaría en dólares. Así fue como
surgieron los petrodólares. Esto impulsó el precio del petróleo desde
los 2,53 dólares el barril que costaba en 1973, a los 41 dólares que
alcanzó a finales de los años 80.
Irán es uno de los pocos países que ha desafiado a Estados Unidos y transa su petróleo en euros o yuanes chinos,
lo que ha significado un reblandecimiento de la hegemonía de Estados
Unidos y un deterioro del billete verde. Países como Rusia y Venezuela
también han adoptado la política de transar el petróleo en otras
monedas, lo que aumenta la merma de la divisa estadounidense. El Banco
Central Europeo transa directamente las compras de petróleo iraní en
euros. Y esto no gusta a Estados Unidos, que ha comenzado a ejercer
presión para que el BCE termine esta relación.
Estas medidas tienen como objetivo abortar el programa nuclear de
Irán, pese a que este país asegura que dicho programa tiene fines
pacíficos.
El Banco Central Europeo realiza transacciones con Irán a través del
sistema de pagos Target2, con el que liquida los pagos transfronterizos
entre los miembros de la zonaeuro y el resto del mundo. Pese a que el BCE
cumple con las exigencias de sanciones contra Irán, la voz de mando
estadounidense exige que se detengan estos pagos en euros. La Unión
Europea introdujo el embargo a las importaciones de petróleo iraní el
año pasado, en respuesta a las presiones de Estados Unidos. Pese a que
esto ha implicado una caída en la producción de petróleo iraní y un
aumento de su precio, el Congreso de Estados Unidos quiere que Europa
elimine todas las transacciones con Irán, en un embargo total, y busca
imponer sanciones a los países europeos que realicen transacciones por
la vía de los Target2, y así negarles el acceso a activos en euros.
Los Estados Unidos han estado imponiendo sanciones económicas,
comerciales, científicas y militares contra Irán desde los años 80. Los
bancos iraníes tienen prohibido acceder directamente al sistema
financiero de Estados Unidos, y el año 2008 el gobierno ordenó al banco
Citigroup congelar más de 2 mil millones de dólares en cuentas iraníes.
Solo durante el año pasado, Irán perdió 40 mil millones de dólares
(3.400 millones de dólares al mes) por el boicot petrolero que impuso
Estados Unidos. La producción de petróleo iraní cayó en enero a un
mínimo de 30 años producto de estas sanciones que tienden a elevar aún
más el precio del crudo.