Mientras mayor sea el precio del petróleo, mayor es la demanda de
dólares y más beneficios recibe el cártel bancario de Estados Unidos
amparado en la Reserva Federal.
Dos años después del quiebre del Sistema de Bretton Woods, el 15 de agosto de 1971, Estados Unidos conseguía un sistema más favorable para la mantención de su hegemonía económica: el acuerdo con Arabia Saudita de negociar cada barril de petróleo en dólares de la Reserva Federal.
El billete verde era aceptado mundialmente desde antes de la segunda
guerra mundial, pero el acuerdo de Bretton Woods lo dejó anclado al
patrón oro al establecer una tasa de cambio de 35 dólares la onza. En
1944, y a diferencia de la destruída Europa, Estados Unidos era una país
poderoso y con toda su infraestructura económica intacta.
Y pese a que John Maynard Keynes buscaba crear una divisa para el
comercio mundial independiente a la moneda de los países, primó la tesis
de Harry Dexter White de dejar al dólar como divisa universal. Esto dio
grandes beneficios a Estados Unidos dado que el resto del mundo tenía que cambiar su moneda por dólares para acceder al comercio internacional, incurriendo con ello en costes financieros que para Estados Unidos eran inexistentes.
Sin embargo, los gastos desmedidos de la guerra de Vietnam llevaron a Estados Unidos a perder una importante cantidad de sus reservas en oro y antes que se declarara la quiebra del país, Richard Nixon decidió terminar con la convertibilidad del dolar en oro y convirtió al billete verde en una moneda fiduciaria universal emitida y aceptada por decreto. Esto permitió a Estados Unidos imprimir grandes cantidades de dinero y endeudarse con todo el mundo, especialmente Europa y Asia. Dado que ahora no existía el mecanismo de ajuste de cuentas que obligaba el patrón oro, los desequilibrios comerciales comenzaron a hacerse más ostensibles y Estados Unidos pasó a acumular cuantiosos déficit mientras el resto del mundo acumulaba enormes superávit.
Sin embargo, los gastos desmedidos de la guerra de Vietnam llevaron a Estados Unidos a perder una importante cantidad de sus reservas en oro y antes que se declarara la quiebra del país, Richard Nixon decidió terminar con la convertibilidad del dolar en oro y convirtió al billete verde en una moneda fiduciaria universal emitida y aceptada por decreto. Esto permitió a Estados Unidos imprimir grandes cantidades de dinero y endeudarse con todo el mundo, especialmente Europa y Asia. Dado que ahora no existía el mecanismo de ajuste de cuentas que obligaba el patrón oro, los desequilibrios comerciales comenzaron a hacerse más ostensibles y Estados Unidos pasó a acumular cuantiosos déficit mientras el resto del mundo acumulaba enormes superávit.
Por eso el nacimiento de los
petrólares, en 1973, supuso un gran respiro para Estados Unidos dado que
la Reserva Federal debería imprimir una gran cantidad de billetes para
facilitar las transacciones de petróleo en todos los rincones del
planeta. El acuerdo entre Estados Unidos y Arabia Saudita obligaba a
cualquier país que quisiera comprar petróleo a cambiar primero su moneda
nacional por dólares de Estados Unidos. A cambio de este compromiso en
el cual Arabia Saudita vendería su petróleo exclusivamente en dólares de
Estados Unidos, Estados Unidos ofreció armas y la protección militar de
todos los campos petroleros sauditas.
Tras la creación de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), el resto de los países petroleros acordaron la comercialización exclusiva del petróleo en dólares de Estados Unidos,
a cambio de armas y protección militar. Este sistema de petróleo por
dólares generó una gran demanda artificial de dólares en todo el mundo, y
a medida que la demanda de petroleo aumentaba también lo hacía la
demanda de dólares. Estados Unidos recibió el beneficio de ser el dueño
exclusivo de este nuevo patrón monetario y ello le permitió ejercer un
gran dominio sobre la economía mundial: las transacciones de petróleo
representan casi el 10 por ciento del PIB mundial.
Actualmente se demandan 90 millones de
barriles de petróleo al día y a un precio de 100 dólares el barril son 9
mil millones de dólares diarios que con los diferentes procesos de
refinamiento y producción llegan a los 18 mil millones de dólares, es
decir 6,5 billones de dólares anuales. En esta dinámica ¿puede interesar
a Estados Unidos un petróleo barato?. Una prueba lo da el hecho de que
antes de la invasión a Irak hace diez años, el petróleo rondaba los
20-25 dólares el barril. Desde entonces ha quintuplicado y sextuplicado
su precio. Esto es muy conveniente para Estados Unidos dado que mientras
mayor sea el precio del petróleo, mayor es la demanda de dólares y mas
beneficios recibe el cártel bancario de Estados Unidos amparado en la
Reserva Federal.
Las guerras por el petróleo
Un hecho que tiende a olvidarse en
forma frecuente es que en los prolegómenos de la moneda única, Saddam
Hussein quería negociar con Europa el petróleo de Irak en euros.
El 24 de septiembre de 2000, el gobierno de Saddam Hussein señaló que
Irak comenzaba la transición de sus exportaciones de petróleo a la
moneda del euro y se comprometió apromover el euro como una moneda de competencia al dólar. En esta nota de laRevista Time de
noviembre de 2000, a Saddam Hussein no le importa que el euro se esté
devaluando frente al dólar, simplemente no quiere aceptar más dólares
por el petróleo dado que no quiere tratar “con la moneda del enemigo”.
Saddam estaba resentido con Estados Unidos por la primera guerra del
golfo pérsico de 1990. Esta guerra ideada por la administración de
George Bush padre, fue la primera guerra de los petrodólares.
Luego vendrían muchas más guerras por el petróleo y hay una que está en
pleno desarrollo con la crisis de Siria. Cada guerra despliega las más
recientes innovaciones de la industria de armamentos y hay que dar uso a
estos productos para justificar su enorme presupuesto.
La estrategia económica y geopolítica
de los petrodólares ha sido una de las argucias más brillantes de la
historia económica reciente, que ha permitido dar a Estados Unidos el
predominio absoluto de la economía mundial. Los 6,5 billones de dólares que se mueven anualmente por el petróleo representan
el 10% del PIB mundial y el 40% del PIB de Estados Unidos. Cada vez que
algún país petrolero manifiesta su intención de salirse del sistema
petrodólar (como Iran, Siria o Venezuela) pasa a formar parte del
llamado eje del mal, y el ejército de Estados
Unidos (hoy a cargo de empresas privadas) se encarga de reinstaurar el
orden por la vía de la fuerza. Hasta los países europeos reciben un
tirón de orejas cuando buscan negociar en euros y no en dólares (ver aquí).
¿Hasta cuando podrá seguir Estados Unidos gozando de la hegemonía que
le otorgan los petrodólares? ¿Qué tiene que ocurrir para que el sistema
del petrodólar se desvanezca tal como lo hizo el sistema de Bretton
Woods?
En los últimos años varios países han
manifestado su intención de utilizar sus propias monedas para el
intercambio de petróleo como India, China y Rusia. A medida que otros
países busquen alejarse del sistema de petrodólares y hagan realidad la
idea de Saddam Hussein de transar el principal recurso energético en
monedas alternativas, el dolar proseguirá su lento pero persistente
declive. Por ello se esperan fuertes presiones inflacionarias en el
petróleo y también numerosas tensiones bélicas en torno a los países
petroleros patrocinadas por Estados Unidos. Si el sistema de Bretton
Woods de 1944 implicó generar una alta demanda de dólares de Estados
Unidos para acceder al comercio, el sistema de los petrodólares
instaurado tres décadas más tarde aseguró por si mismo la demanda de
dólares con el recurso más estratégico de todos. A 40 años de su
instauración el sistema de los petrodólares acusa fatiga crónica y nadie
puede asegurar que Estados Unidos siga siendo la democracia responsable
que prometía ser al fin de la segunda guerra mundial. La historia se ha
encargado de demostrar que ningún sistema es eterno, y el posible
colapso del sistema petróleo-por-dolares tiene muy nerviosas a sus
autoridades.
Estados Unidos presiona al BCE para que suprima las transacciones en euros con Irán
Estados Unidos ha comenzado una fuerte presión sobre el Banco Central Europeo para que éste elimine sus relaciones financieras con Irán. El Congreso de ese país está elaborando severas sanciones para los países que negocien con Irán, y este es uno de los pocos temas que cuentan con el apoyo mayoritario de demócratas y republicanos. Esto ayuda a entender el triunfo de la película Argo en la entrega de los Oscar de anoche, una película que relata el rescate de los funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Teherán tras la llegada al poder del Ayatollah Jomeini en 1979, y la huida del Sha Mohamed Reza Palevi, aliado de Estados Unidos.
Es interesante apreciar como la hegemonía de Estados Unidos busca imponer a toda costa una represalia con los países que abandonan el uso de los petrodólares y buscan una vía de soberanía monetaria. Los petrodólares se remontan a 1973 con la primera gran crisis del petróleo que revivió los temores de la crisis de 1929. Ante la caída de la producción, del consumo y de la inversión sufrida tras el colapso del sistema de Bretón Woods, Estados Unidos asumió el compromiso con los países árabes de que el petróleo se pagaría en dólares. Así fue como surgieron los petrodólares. Esto impulsó el precio del petróleo desde los 2,53 dólares el barril que costaba en 1973, a los 41 dólares que alcanzó a finales de los años 80.
Irán es uno de los pocos países que ha desafiado a Estados Unidos y transa su petróleo en euros o yuanes chinos, lo que ha significado un reblandecimiento de la hegemonía de Estados Unidos y un deterioro del billete verde. Países como Rusia y Venezuela también han adoptado la política de transar el petróleo en otras monedas, lo que aumenta la merma de la divisa estadounidense. El Banco Central Europeo transa directamente las compras de petróleo iraní en euros. Y esto no gusta a Estados Unidos, que ha comenzado a ejercer presión para que el BCE termine esta relación. Estas medidas tienen como objetivo abortar el programa nuclear de Irán, pese a que este país asegura que dicho programa tiene fines pacíficos.
El Banco Central Europeo realiza transacciones con Irán a través del sistema de pagos Target2, con el que liquida los pagos transfronterizos entre los miembros de la zonaeuro y el resto del mundo. Pese a que el BCE cumple con las exigencias de sanciones contra Irán, la voz de mando estadounidense exige que se detengan estos pagos en euros. La Unión Europea introdujo el embargo a las importaciones de petróleo iraní el año pasado, en respuesta a las presiones de Estados Unidos. Pese a que esto ha implicado una caída en la producción de petróleo iraní y un aumento de su precio, el Congreso de Estados Unidos quiere que Europa elimine todas las transacciones con Irán, en un embargo total, y busca imponer sanciones a los países europeos que realicen transacciones por la vía de los Target2, y así negarles el acceso a activos en euros.
Los Estados Unidos han estado imponiendo sanciones económicas, comerciales, científicas y militares contra Irán desde los años 80. Los bancos iraníes tienen prohibido acceder directamente al sistema financiero de Estados Unidos, y el año 2008 el gobierno ordenó al banco Citigroup congelar más de 2 mil millones de dólares en cuentas iraníes. Solo durante el año pasado, Irán perdió 40 mil millones de dólares (3.400 millones de dólares al mes) por el boicot petrolero que impuso Estados Unidos. La producción de petróleo iraní cayó en enero a un mínimo de 30 años producto de estas sanciones que tienden a elevar aún más el precio del crudo.
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